Conmoción en el futbol mundial y posiblemente en toda la sociedad. El exfutbolista argentino Diego Armando Maradona habría fallecido este miércoles 25 de noviembre en su casa de la localidad argentina de Tigre. Según explican algunos medios locales como el diario 'Clarín', Maradona habría sufrido un paro cardíaco que no habría podido superar.
Da la fatídica casualidad que el astro y mítico 10 argentino había llegado a los 60 años justo hace una semana, después de haber superado con éxito una operación de un edema cerebral. Su vida fuera del futbol, llena de excesos y conocida adicción a las drogas, parece haber sido clave para que se apagara el que para muchos es considerado el mejor o uno de los mejores futbolistas de la historia.
Su historia futbolística está claramente vinculada a su país Argentina, a la que lideró para conseguir un mundial, el del 86 en México, más allá de vestir las camisetas de Argentinos y Boca Juniors. Pero también sería recordado especialmente por dos aficiones españolas, las del Barcelona y el Sevilla donde disputó alguno de sus mejores años futbolísticos. Recordados son sus goles contra Inglaterra, como la mítica jugada esquivando jugadores desde el centro del campo o la tan polémica 'mano de dios'.
Su estatus en el país sudamericano era más que el de un simple futbolista. Considerado prácticamente, un dios, un mito, como demuestran iniciativas la creación de la iglesia maradoniana, con culto a su figura. Donde se le recordará también enormemente será en la ciudad de Nápoles, a cuyo equipo llevó a la gloria de ganar la liga italiana tras años de sequía.
Cuando se torció el mito
Hay quién explica que fue su llegada a Europa la que acabó de trastocar lo que ya en 1982 era un mito. Muchos vinculan su coqueteó con ciertas sustancias a la vida nocturna que llevó en Barcelona, sobre todo después de una grave lesión al inicio de su segunda temporada, tras una dura entrada de Andoni Goikoetxea que lo tuvo 3 meses y medio parado. El mismo confesó que su adicción comenzó en la ciudad condal, donde compartió aventuras con el también exjugador barcelonista Julio Alberto
Su primera estancia en España no fue tan exitosa como se podía esperar de un jugador de su calidad. Abandonó el club azulgrana en 1984, después de dos temporadas y un escaso bagaje de una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa.
Empezaba ahí su etapa más recordada. La de las 7 temporadas que le conviertieron en un mito en Nápoles casi tan querido como lo era en su Argentina natal. Donde conquistó dos Series A y su segundo mundial con Argentina. A partir de aquí unos últimos años volviendo a España (una temporada en el Sevilla) y después a su país donde se retiraría en Boca Juniors, previo paso por Newell's Old Boys.
Años después empezaría su nueva vinculación con el deporte que lo convirtió en una estrella con una errática carrera de entrenador. Una primera experiencia en los años noventa en su país en clubes como Racing para años después ocupar el puesto tan deseado por todos sus compatriotas: el de seleccionador de la Argentina.
Fueron 3 años los que estuvo al frente de la selección, entre 2008 y 2010, donde tuvo a sus órdenes al que todavía se espera o se discute que sea su sucesor, Leo Messi. Eterno debate sobre cuál de los dos es mejor que en Argentina se decanta claramente a favor del primero mientras el jugador del Barça no consiga un gran título internacional de selecciones. Juntos solo pudieron llegar a la final de la Copa América y cuartos de final del Mundial de 2010 en Sudáfrica.
El adiós a Maradona es el adiós no solo a un mito del futbol, sino posiblemente de todo el deporte internacional y un personaje que puede ser considerado historia.