El pasado martes 22 de febrero la familia de Manuela recibió un paquete en su domicilio del barrio de Las Jumillicas, en La Fortuna (Murcia). Fue el propio repartidor quien anunció la tragedia: había una mujer tirada en el suelo agonizando. Ahora, las hijas de la fallecida le señalan como presunto culpable.
“El repartidor que avisó a un familiar de que había una mujer tirada en el suelo es la persona que atropelló a mi madre”. Así de categórica se expresa María, la hija Manuela, en El Español. Tan seguros están de ello que han puesto el caso en manos de los abogados “para que se haga justicia”.
La Guardia Civil está investigando la extraña muerte de Manuela, una mujer de 60 años muy querida en el vecindario. “Siempre nos ayudaba y aún le quedaban muchos años por vivir”, lamentan ahora sus hijas María y Manoli. Por eso están dispuestas a ir hasta el final contra este repartidor.
Todo se torció el día 22
El barrio de Las Jumillicas ocupa una amplia extensión de terreno donde toda la familia de Manuela levantó sus casas. Manuela era el alma de la familia, una mujer positiva y siempre dispuesta a ayudar a los demás con una sonrisa en la cara. Todo se torció el martes 22, cuando llegó un repartidor para entregar un paquete.
El envío iba destinado a la cuñada de Manuela, Inmaculada. “Poco antes de las once de la mañana salí al patio de mi casa porque escuché chillando a mi marido”, relata. Manuela estaba tumbada en el suelo “boca arriba, con sangre por la nariz y echando espuma por la boca”.
Primero pensaban que había sufrido una caída debido a un ataque de epilepsia o un derrame cerebral. No había nadie en la calle, ya que en el vial solo viven los miembros de esta familia y los días laborales apenas hay tránsito. Pero la disposición de la escena empezó a levantar sospechas.
Había cosas extrañas
Manuela estaba tumbada con su toquilla bajo el cuello a modo de almohada, con las zapatillas al lado junto a su móvil y su paquete de tabaco. No parecía para nada la escena de una caída accidental. Pero en aquel momento solo pensaron en salvarle la vida y llevarla a un hospital.
Con la mujer ya ingresada en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, empezaron a darle vueltas al tema. “Nos pareció muy extraño, porque si te caes no se quedan tus cosas ordenadas al lado”, afirman. Por eso decidieron revisar las cámaras de seguridad que un familiar tiene en el patio de su casa.
Se trataba de un vehículo de mensajería que había acudido allí para entregar un paquete. “Dio marcha atrás con su furgoneta y atropelló a mi madre cuando venía caminando hacia mi casa”, afirma la hija de la fallecida. Creen que “se bajó del furgón, le colocó su mantilla y se marchó sin llamar al 112”.
Volvió al lugar de los hechos
Según Inmaculada, fue el propio repartidor quien avisó a su marido de que Manuela estaba tendida en el suelo. Las cámaras no grabaron el atropello, “pero sí filmaron al mismo repartidor viniendo tres veces al mismo sitio”. Esto, en su opinión, “no tiene sentido después de haber hecho la entrega”.
Su teoría es que primero dejó el paquete, atropelló a Manuela y se marchó, y que a los cinco minutos regresó porque tenía remordimientos. “Cuando vio que ella seguía en la carretera se volvió a ir, pero se topó con mi marido”, explica. “En ese momento le dijo que había una señora tirada en el suelo”.
Manuela era la matriarca de la familia, ya que organizaba las comidas familiares y todas las celebraciones. Su vida se apagó aquel 22 de febrero ante el desconsuelo de los suyos, que ahora buscan respuestas. La Guardia Civil ha identificado al repartidor y mantienen una investigación en marcha.
La hipótesis de la policía
La hipótesis de la policía es que el repartidor arrolló a la mujer al dar marcha atrás y huyó del lugar, regresando luego para avisar a un familiar. El atestado de la Policía Local indica que “los médicos detectaron que tenía un fuerte golpe en la cabeza y en el pecho”. También tenía heridas en los pies.
La Guardia Civil localizó al repartidor, un hombre de 40 años, e inició una investigación para esclarecer los hechos. Para más desgracia, la ambulancia que acudió para socorrer a Manuela no estaba preparada para un traslado a Murcia. Tuvieron que hacer una parada para entrarla en una UCI móvil.
Ese tiempo pudo haber sido crucial para la vida de Manuela, que murió 12 horas después del suceso. Los familiares de esta mujer aficionada a pasear y al veraneo en la playa lloran ahora la pérdida de su gran pilar. Su dolor se mezcla con la rabia, y han emprendido acciones para llegar hasta el fondo del asunto.