Isabel Velasco y Javier Palma se conocían desde jóvenes, cuando mantuvieron una relación fugaz. Hace siete años retomaron su noviazgo, pero los celos de Javier lo arruinaron todo. La semana pasada ella decidió dejarle y él se vengó ayer asesinándola a tiros en la puerta de su trabajo.
Javier mató a Isabel cuando estaba se disponía a entrar en el restaurante donde trabajaba, en Maqueda (Toledo). Luego se alejó unos metros y se quitó la vida con la misma escopeta. Isabel Velasco es la quinta víctima de la violencia de género en España en 2022, la primera del año en Castilla-La Mancha.
Horas antes, la tarde del miércoles, había sido asesinada la cuarta víctima del machismo en nuestro país. Una mujer de 32 años fue apuñalada hasta la muerte por su marido y después este se quitó la vida. Igual que Javier, Ahmed no aceptó la separación y la mató un día antes de la cita para firmar el divorcio.
La mató a tiros
Isabel Velasco, de 45 años, se levantaba temprano todas las mañanas para entrar a trabajar en el Mesón Castellano. El restaurante está ubicado a las afueras de Maqueda (Toledo), en el filo de la A-5, frente a una estación de servicio. Ayer llegó puntual en su Seat León, pero allí le esperaba su ex, Javier.
No había dado diez pasos cuando el asesino la abordó armado con una escopeta y disparó contra ella. Dos compañeras de la limpiadora se acercaron hasta el cuerpo y comprobaron horrorizadas las heridas de bala. El ruido sordo también había alertado al encargado de la gasolinera, que salió a mirar.
Javier dejó atrás el cuerpo moribundo de su expareja y a bordo de su coche condujo unos metros hasta la siguiente rotonda. Allí, en un camino de tierra, se suicidó pegándose un tiro con la misma escopeta. La muerte de Isabel, poco rato después, ponía punto y final a esta historia de forma trágica.
Fueron novios de jóvenes
Isabel y Javier se conocieron en 1990 cuando los dos eran muy jóvenes, e iniciaron una relación. Estaban muy enamorados, pero él era un chico inseguro y controlador. Tenían una casa construida y estaban a punto de casarse cuando los celos de Javier acabaron con la relación, y ambos tomaron caminos distintos.
Ella empezó una nueva relación y se casó con el hombre con el que tuvo dos hijos. Él también empezó una nueva vida, casándose con una mujer con la que tres hijos. Los dos siguieron haciendo vida en el mismo pueblo, y en 2015 se divorciaron y decidieron darse una segunda oportunidad.
Isabel era “una chica muy normal”, según explican en su entorno. Tenía un hijo de poco más de veinte años y una hija también joven que le había dado un nieto. En el coche con el que ayer fue a trabajar había una sillita de bebé, testigo de las vidas rotas que deja atrás el triste final de la historia de estos novios.
Retomaron el amor de juventud
Javier e Isabel retomaron el amor de juventud tras sus fracasos matrimoniales, ahora hace siete años. Ella trabajaba arreglando zapatos en casa, pero con la crisis del coronavirus todo se fue al garete. Hace dos meses empezó a trabajar limpiando en el restaurante de la carretera de Maqueda.
Esta vez parecía diferente, ya que Javier había retomado la relación con mucha ilusión y trataba de evitar los celos de antaño. Pero con el nuevo trabajo Isabel estaba menos por casa, llegaba tarde a casa y salía más. Los celos enfermizos no tardaron en aflorar y volvieron los peores recuerdos de Isabel.
Fue entonces cuando se dio cuenta de su error y decidió poner punto y final a la relación para siempre. Con el firme propósito de pasar página le bloqueó de Facebook y le borró de sus contactos. No contaba con el castigo de la venganza, la que su primer novio preparó fríamente y ejecutó antes de suicidarse.
Madre y abuela
Isabel, madre de un chico y una chica y abuela de un niño era una mujer muy conocida y querida en el pueblo. En apenas dos meses que llevaba trabajando en el mesón se había ganado el cariño de sus compañeros. Ayer, justo después de la tragedia, rompieron a llorar desconsolados.
Echaron a los pocos clientes que había en aquel momento y colgaron el cartel de cerrado por defunción. También en el pueblo reino el dolor y la consternación. Todos coinciden en que el asesino era un hombre extraño, que no se relacionaba demasiado y que mostraba unos celos compulsivos.
El caso de Isabel tiene muchos paralelismos con el de la mujer fallecida el día anterior en Pozuelo de Alarcón. La víctima, de 32 años, también había dejado a su marido el pasado mes de enero, e interpuso una orden de alejamiento. Él no aceptó la decisión y la mató dejando a cuatro niños huérfanos.