Cuando dicen que el amor mueve montañas, es que es verdad. Y no solo el amor hacia la pareja, si no hacia la familia, los amigos e incluso hacia las mascotas.
10 años después de permanecer juntos en el día a día, Muñeca y sus dueños tendrán que separarse el próximo martes. Ella todavía no lo sabe y sigue a Manolo y María como de costumbre.
Los protagonistas de 93 y 92 años, un matrimonio de Suances, en Cantabria, ya no pueden seguir viviendo solos. Por ello, en unos días tendrán que ingresar en una residencia de la tercera edad. Lamentablemente su perra no podrá entrar.
“Están muy tristes”, explica Blanca, nuera del matrimonio. Y es que no es nada extraño, ya que el caniche de 10 años, es muy querida y ha pasado casi una década acompañando al matrimonio.
Fue adoptada en Venezuela cuando todavía era un cachorro. En el momento en el que se hicieron mayores y decidieron regresar a España, Muñeca fue con ellos.
Ahora no les puede acompañar
La residencia no acepta mascotas y aunque lo hiciera “ellos ya están demasiado mayores para cuidar de Muñeca”, explica Blanca. “Su estado de salud ha empeorado bastante”, continúa.
La historia de Muñeca ha acaparado el centro de todas las miradas. Desde que se anunció en la página de Facebook, la historia de esta perrita no ha dejado de recibir mensajes. El post se ha compartido más de mil veces y muchas personas se han ofrecido para acogerla el tiempo necesario.
Días después, este caniche ya ha encontrado a la familia adecuada y el martes, cuando el matrimonio ingrese en la residencia, la conocerá. “No es la primera vez que esto ocurre”, explica Bea, “pasa muchas veces porque las residencias no suelen aceptar mascotas”.
La triste realidad es que en España son muy pocas las residencias que permiten mascotas. Una situación realmente traumática para muchos mayores, el deshacerse de sus animales. “A veces es todo lo que tienen”, explica Carmen Méndez, presidenta de la Asociación en Defensa Derechos Animal.
Esta misma lleva distintos años apostando por un cambio en la política de las residencias municipales de Barcelona. “Entendemos que una residencia no se puede llenar de animales, pero hay que estudiar alguna solución”, añade Carmen.
En otros países sí que se admiten mascotas en la residencia. En España, uno de los pocos centros que sí que acepta mascotas es en Cataluña. Precisamente la Residencia Barcelona que ha implantado algunas normas para la entrada de estos animales.
Que el dueño esté en una habitación individual, preferiblemente con terraza; que los animales tengan chip de identificación; y que no entren en la cocina ni el comedor.
Por otra parte, desde que se inauguró en 1993, la residencia siempre ha apostado por las mascotas. “Por aquí han pasado perros, gatos y hasta periquitos”, explica Silvia Lluch, directora de la residencia y amante de los perros. "A todos les encanta", cuenta Silvia.
A decir verdad, para las personas mayores, el tener a su mascota cerca no solo les da compañía, "les ayuda en la adaptación al centro y les obliga a mantener una responsabilidad", afirma, "con la que los mayores siguen sintiéndose útiles". Además, si una persona por su estado de salud no puede seguir sacando a su mascota a pasear "puede hacerlo un familiar o contratar a un profesional externo".
Lamentablemente no es el primer caso. Como muchos mayores, Manolo y María no podrán llevarse a Muñeca con ellos.
Son conscientes de que la decisión no depende de ellos. Sin embargo, sí que les gustaría que su nueva familia la llevaran de visita a la residencia algún día para seguir disfrutando de ella.