El sistema sanitario es uno de los mayores baluartes de un país. De su correcto funcionamiento dependen la vida de muchas personas que acuden a los centros médicos en busca de un diagnóstico y un tratamiento a su dolencia.
Sin embargo, existen muchos factores que impiden a los ciudadanos recibir una atención adecuada y conllevan graves consecuencias que incluso pueden llevar a un paciente a la muerte.
El colapso hospitalario, la escasez de recursos, la falta de personal y la ausencia de protocolos son algunos de los factores que propician estas situaciones.
Precisamente, por un cúmulo de todos ellos, una madre de 47 años llamada Sue Atkin ha querido denunciar públicamente las circunstancias que rodean a la muerte de su hijo.
Norman Barker, de 27 años, ha fallecido en la sala de espera del hospital tras no haber sido atendido rápidamente por los servicios médicos del centro.
Se trata de un dramático suceso que ha ocurrido en el condado de Lincolnshire (Reino Unido) y ha desatado una investigación por parte de los responsables del 'United Lincolnshire Hospitals'.
El duro relato de una madre que pierde a su hijo de 27 años en la puerta del hospital
Con el objetivo de denunciar la mala atención que recibió su hijo por parte de los servicios médicos de emergencia, Sue Atkin ha hecho público su desgarrador relato.
La mujer de 47 años ha rememorado el trágico episodio de la muerte de su hijo, que se desplomó súbitamente en frente del hospital tras no recibir atención médica.
Todo comenzó cuando el joven de 27 años se empezó a encontrar mal mientras estaba en casa de su abuela, con quien vivía. La tía del joven, que también residía en el domicilio, fue la primera en dar la voz de alarma a los servicios de emergencias.
Sin embargo, la respuesta no pudo ser más desoladora. Le dijeron que no había unidades disponibles y que tenía que esperar unas 2 horas hasta que pudiese llegar una ambulancia al domicilio.
Ante esta situación y debido al continuo empeoramiento del joven, Sue Atkin decidió coger su coche y llevar ella misma a su hijo hasta el hospital. Una decisión muy determinante y rápida que, no obstante, obtuvo una respuesta aún más desoladora.
Al llegar al hospital, los encargados de la recepción de pacientes les dijeron que había una cola de espera de unas 4 horas. Les pidieron que aguardaran su turno en la sala de espera y que les atenderían cuando fuera posible.
Tenían que esperar 4 horas en la sala de espera del hospital y el joven falleció
Sin encontrar soluciones y ante una angustiosa espera, la madre del joven decidió llevárselo de nuevo a casa. El joven estaba cansado, tenía sed y en el hospital no recibía la atención que necesitaba.
Fue en ese momento, cuando Norman empezó a colapsar en la puerta del hospital. Sin poder mantenerse de pie, el joven cayó al suelo súbitamente tras pronunciar sus últimas y desgaraadoras palabras con vida.
"Mamá, ayúdame", dijo el joven según recoge el medio Express citando a Lincolnshire Live.
Ahora sí, la ayuda llegó rápidamente, pero ya era demasiado tarde para el joven. Una enfermera fuera de turno se bajó de su coche y empezó a realizarse una maniobra de reanimación cardiopulmonar.
El joven ya no tenía pulso y, a pesar de trasladarlo al área de urgencias del hospital, no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
"Busco respuestas. La muerte de Norman fue repentina, pero estaba sano, saludable, y era joven. Dados sus síntomas, deberían haberlo puesto en triaje. Si lo hubieran visto de inmediato probablemente hoy estaría vivo", ha denunciado públicamente la madre del chico fallecido.