Los datos de los últimos días siguen demostrando que se ha cumplido el gran temor que había en muchas administraciones antes de la Navidad: las fiestas han provocado un preocupante incremento de los contagios y ya ha empezado una tercera ola en toda regla. Y lo que es peor, se teme que con la actual situación en los hospitales o con la actual incidencia acumulada esta sea la peor de las tres que hemos vivido.
Ante este panorama, la reacción de la mayoría de gobiernos autonómicos ha sido la de endurecer las restricciones nada más acabó el último día festivo, el pasado día de Reyes. Una de las que actualmente se está viendo obligada a tomar decisiones más contundentes está siendo Baleares, que ya hace unos días confirmaba unas primeras medidas para la isla de Mallorca. Pero esto parece no haber sido suficiente y es por eso que las ampliaba a Ibiza y en las dos islas confirmaba una medida todavía más dura: la limitación de las reuniones a un mismo núcleo de convivencia, prohibiendo cualquier encuentro familiar o social entre personas que no vivan bajo un mismo techo.
La portavoz del govern, Pilar Costa, que están excluidas de esta medida los encuentros laborales, institucionales o el uso del transporte público. También se añade la excepción para las personas que vivan solas que se pueden reunir con personas de un núcleo de convivencia, los menores cuyos padres no vivan juntos o los matrimonios que tampoco residan juntos. Se permiten las visitas a las personas que necesiten cuidados o atenciones especiales.
El resto de medidas que se aplicaran en las dos principales islas de Baleares
La actual situación epidemiológica en las dos islas ha llevado al gobierno balear a tomar esta medida extrema, casi la única previa a pedir el confinamiento de la población. Hay que recordar que Mallorca o Ibiza están con una incidencia acumulada por encima de los 600 casos por cada 100.000 habitantes, 617,5 y 690, 94, respectivamente. Es por eso que en las dos islas entrarán en vigor, el próximo miércoles, nuevas medidas dentro del nivel de alerta 4 reforzado que se alargará al menos durante las próximas dos semanas.
Una de las últimas en confirmarse era anunciada en las últimas horas. Y es que el gobierno balear prohibía cualquier tipo de fiestas populares y, por lo tanto, todo tipo de actos culturales, lúdicos o deportivos que se fueran a llevar a cabo. Las islas se quedan sin algunas de sus fiestas mayores más importantes como la de Sant Antoni o la de Sant Sebastià.
Por otro lado, tanto en Mallorca como en Ibiza quedarán cerrados todos los bares, restaurantes y otro tipo de establecimiento de hostelería, que solo pueden atender servicio a domicilio o para llevar. También tiene importantes restricciones el sector del comercio. En este, estarán cerrados aquellos que tengan más de 700 metros cuadrados, salvo que se trate de supermercados. El resto tiene que abrir con un aforo del 30% y cerrar a las ocho de la tarde.
El toque de queda en estas dos islas está establecido a las diez de la noche, aunque se recomienda que la gente esté en casa a las 20:00 horas. Se cierran los gimnasios y los spas y los eventos deportivos tienen que ser sin público. También se establece un claro límite a las celebraciones religiosas que solo podrán acoger a un 30% del aforo del templo donde se lleven a cabo. Se impone un horario de siete de la mañana a nueve de la noche en parques y playas y se limita a una persona al día las visitas que se pueden hacer en residencias.