Las Navidades son sinónimo de alegría, buenos manjares y sobremesas. Y es ahí cuando se produce la magia. Cuando junto a tu familia, abres un buen licor y sirves aquellos clásicos gin tonics que amenizan las noches más bonitas del año. Este año, pero, todo puede ser diferente.
Y es que si el año pasado fue la pandemia quién nos chafó las Navidades, parece que este año va a ser la falta de gin tonics. ¿Cómo, no habrá gins? ¿No habrá ese placentero clic-clic de los hielos chocándose entre sí el sábado por la noche? Pues todo parece indicar que no. Al menos para una de las marcas más populares que podemos encontrar en el mercado: Seagram’s.
Considerada una de las mejores en su relación calidad precio —está en 14,29€ la unidad de 700ml—, Seagram’s es un must en sobremesas y discotecas. Sin ir más lejos, Seagram’s es la ginebra más vendida en Estados Unidos. Lo que, obviamente, repercute en un ‘boom’ para la marca en todo el mundo.
Pues bien, este año, por mucha literatura que le pongamos, todo parece indicar que nos quedaremos sin saborear dicha ginebra de origen yankee.
“Hasta febrero o marzo no va a haber Seagram’s”
Es la demoledora frase que lo resume todo. En declaraciones recogidas por ‘El Español’, un hostelero explica que, según las distribuidoras, quedan ‘pocas gotas’ de Seagram’s en España. “Hasta febrero o marzo no va a haber Seagram’s, me dicen los distribuidores. Estábamos avisados y por eso hemos guardado mucho”, explica el encargado del bar madrileño Tacos don Manolito.
“Vamos tirando con lo que tenemos, pero se nos va acabando”, explica el gerente de un bar que, al fin y al cabo, es un privilegiado. Lo es, básicamente, porqué muy pocos en la capital española conservan unidades de Seagram’s.
¿Pero… es sólo Seagram’s?
Lo sentimos, pues la respuesta vuelve a doler: No. Malos tiempos para los amantes de los destilados, pues si la capital se queda sin existencias… ¡imagínense el resto del país!
De hecho, el gerente de otro bar, el Campanoli (en Chamberí) lamenta que no tiene Seagram’s, ni Beefeater y Absolut Vodka. Por lo que el problema va más allá. Es la simple fábula del pez que se muerde la cola: cuando la pandemia rozó límites insospechados, las fábricas tuvieron que parar su producción o, como mínimo, rebajarla.
La hostelería estaba cerrada, la gente no salía y la oferta superó con creces la demanda. Muy pocos querían entonces los mostos clásicos del sábado por la noche. Pero… la reapertura lo dinamitó todo.
La demanda se disparó: los bares querían más existencias que nunca y los particulares también. ¿Y la respuesta al problema? Pues muy simple: que no han ‘pan’ para todos.
“Aún queda mucho camino para recuperar los niveles de consumo pre-Covid, algo que en ningún caso se vislumbra alcanzar hasta 2023”, explican desde la Federación Española de Espirituosos.
En estas navidades pues… a falta de pan, buenas serán tortas.
EL VÍDEO DEL DÍA