Terrible final el de un pequeño de tan solo 6 años. Su madre le dio presuntamente dosis letales de metanfetamina y diferentes medicamentos antihistamínicos de venta libre para acabar con su vida. Y si ya es terrible de por sí, más macabra se vuelve la historia al conocer el motivo de la madre para cometer semejante barbaridad.
Ashley Marks, joven de 25 años de Texas (Estados Unidos), habría decidido matar a su hijo de 6 años con el fin de cobrar las pólizas de seguros de vida que había contratado para el menor, según 'People'. Ahora la joven, madre de otra hija aparte del pequeño difunto, está acusada de homicidio.
Los horribles hechos tuvieron lugar el 27 de junio del pasado 2020, pero ahora se vuelve a revivir la cruda historia porque este pasado miércoles, justamente, la madre fue arrestada por la muerte de su hijo pequeño, Jason Sanchez-Marks.
Y solo un día después del arresto, el jueves, era acusada por la corte por el asesinato de su propio hijo. La jueza, de hecho, denegó también a la joven cualquier fianza. De momento, Marks se encuentra en una prisión local.
El fiscal del caso: «Creo que envenenó a su hijo para cobrar»
«Creo que envenenó a su hijo para cobrar dos pólizas de seguros de vida que había contratado para su hijo un mes antes de su muerte», aseguraba el fiscal adjunto del condado de Harris, Gilbert Swatelle.
Justamente, en otros casos de crímenes impensables de padres a sus hijos, se dan las mismas circunstancias: el asesino o asesina ata cabos previamente y realiza trámites con las aseguradoras para dejar todo cuadrado antes de cometer el crimen. «Ella está especializada en seguros de vida y esto ha sido una gran pista de que no se trataba de una muerte accidental», añadía el fiscal.
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Su pequeña de 4 años se negó a tomar los medicamentos
Por si fuera poco, un informe de los Servicios de Protección Infantil de Texas (CPS) apunta que la intención de la madre podría haber sido la de matar a ambos hijos: a Jason, de 6 años, pero también a su hermana pequeña, de 4 años.
Según explica dicho informe, los niños vivían con su abuelo, el padre de Ashley, desde abril de 2020. Pero el mes de junio del año pasado los niños enfermaron de tuberculosis, se apunta. Fue entonces cuando su madre decidió ir cada noche a casa de su padre para, supuestamente, cuidar a los niños. Lo que hacía era suministrarles medicación.
El niño, Jason, se tomó dichos medicamentos sin oponer resistencia, según el informe. Pero la pequeña de 4 años, su hermana, nunca quiso. La hija de Marks se negó a tomar la medicación. Tan solo dos días después, Jason empezó a encontrarse mal: tenía vómitos y experimentaba alucinaciones.
La situación del menor fue empeorando y fue el 27 de junio de 2020 cuando el abuelo de Jason le encontraría inconsciente y sin respirar en casa. El abuelo llamó al 911, según apunta el informe, pero nadie pudo salvar la vida.
Jason había muerto y ahora todo apunta a que fue su propia madre quien cometió el crimen. La muerte consta en el Instituto de Ciencias Forenses del condado de Harris como un homicidio y, según las investigaciones, Ashley habría planeado que su hijo muriera en casa del abuelo.
De los informes judiciales se desprende que ese fatídico 27 de junio de 2020, Ashley Marks dio presuntamente a Jason cantidades suficientes de los medicamentos que pudo adquirir libremente para que resultaran tóxicas y finalmente mortales para el niño. Por si fuera poco, la autopsia revela también que el menor estuvo expuesto a metanfetamina y a cocaína.
Un cúmulo de circunstancias que ponen la piel de gallina. De momento la madre no se ha declarado culpable. De hecho, este mismo lunes volverá a los juzgados. Habrá que esperar a que hable la justicia y, si se confirma que Ashley cometió dicha barbaridad, cumpla condena por acabar con la inocente y corta vida de su propio hijo.