Francisco de Pablo Paéz, de 32 años, salió de su casa del barrio de Hortaleza el pasado 21 de marzo y nunca regresó. Estaba jugando a la videoconsola con un amigo y le dijo que tenía que hacer una cosa y que ya volvía. Más de un mes después, las piezas parecen ir encajando de manera trágica.
La clave puede estar en la amenaza de muerte que había recibido días antes por parte de un padre y su hijo. Los dos, moldavos, fueron las personas con las que supuestamente se citó aquella noche en la que desapareció. La familia de Francisco presiona ahora para que se investigue como un ajuste de cuentas.
Juana, la madre de Fran, lo tiene claro: “Creo que lo han asesinado por querer cobrar una deuda, alguien lo ha matado por ajuste de cuentas”. Detrás podría estar el pago de una deuda de algo más de 200 euros, por un trapicheo de drogas. Lo que está claro es que el chico no se fue por propia voluntad.
Señalan a los responsables
Francisco tiene un aspecto físico llamativo, ya que padece alopecia y no tiene pestañas ni cejas. Sin embargo, lleva un mes desaparecido y nadie sabe ofrecer ninguna pista sobre su paradero. Se esfumó en circunstancias muy extrañas, después de haber quedado con dos personas en Hortaleza (Madrid).
Fran trabajaba esporádicamente como albañil, pero también era consumidor de porros y cocaína y vendía estupefacientes. La droga parece ser precisamente el motivo por el cual desapareció de manera misteriosa. Un padre y un hijo de origen moldavo contrajeron una deuda con él de más de 200 euros.
El joven, dispuesto a cobrar la deuda, se citó con ellos el pasado 21 de marzo y a partir de entonces no se sabe nada de él. La familia se ha perdonado en el caso para que la justicia investigue lo que creen que es un asesinato por un ajuste de cuentas. Además, señalan a los responsables de su desaparición.
Obstáculos de la justicia
“Estamos muy mal, la gente debe entender que mi hijo no es un desecho humano sino una persona con padres, hermanos, abuelos…”. Así habla Juana Páez, de 58 años, que asume que a su hijo lo han matado por un ajuste de cuentas. Sin embargo, se han encontrado con obstáculos de la justicia en la investigación.
El juez se ha negado a autorizar el acceso al móvil del joven con el argumento de que esto vulneraría su intimidad. La familia ha reaccionado con una denuncia para solicitar la práctica de diligencias en el caso. Aseguran que su hijo ha sido asesinado, y que los responsables serían los que le debían dinero.
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Juana, que llevaba un tiempo distanciada de su hijo, reconoce que Fran había tenido alguna denuncia por violencia de género y estaba metido en la droga. De hecho, frecuentaba algún poblado de venta de estupefacientes como la Cañada Real. No fue hasta seis días después que Juana se enteró de su desaparición.
El origen de todo
Francisco se fue de casa el 21 de marzo y su madre puso la denuncia el 27. Desde entonces no pueden contactar con él ni hay constancia de su paso por ningún hospital. Incluso han hecho batidas por los poblados de la droga, pero no hay ni rastro de él ni les dan ninguna pista fiable.
Juan recabó nuevos datos sobre la desaparición, que el día 30 puso en conocimiento de los investigadores. Según relató, semanas antes Francisco había acudido al domicilio de un hombre moldavo acompañado de dos amigos. Le reclamó una deuda, por la cual ya le había agredido anteriormente.
Sin embargo, en esta ocasión los moldavos le amenazaron asegurando que eran una familia muy peligrosa y que iban a matarle. Esta pelea parece estar en el origen de la desaparición, pero la policía está atada de pies y manos. Sin poder acceder al teléfono, la investigación se halla en punto muerto.
El abogado Juan Manuel Medina, representante de la familia, ha tomado cartas en el asunto. Ha remitido al juzgado el escrito de personación y el recurso de apelación contra el archivo de la causa. Lo hacen “con el pleno convencimiento de que no es una desaparición voluntaria” y quieren que se sepa la verdad.