Beatriz Zimmermann está pasando por una de las situaciones más complicadas que puede vivir cualquier persona, especialmente una madre. Después de que las autoridades encontrasen el cuerpo de su hija Olivia, de seis años, ahora espera impaciente a que aparezca Anna.
Los investigadores no tienen demasiadas esperanzas de encontrar el cuerpo de la niña, de un año de edad, aunque la cosa cambia con Tomás. El padre de las niñas se habría suicidado a unas millas del lugar en el que se deshizo de las niñas.
El buque Ángeles Alvariño halló hace unos días dos botellas de aire en el lugar donde ahora se le busca. Gracias a este hallazgo, las probabilidades de encontrarle a él han aumentado, aunque la búsqueda no podrá alargarse eternamente.
Por caprichos del destino, Beatriz tampoco va a poder enterrar a su hija Olivia, cuyo cuerpo apareció hace casi dos semanas. La madre de las niñas quería celebrar un funeral público para agradecer a todo el mundo su solidaridad con ella. Pero el aumento de casos de Covid-19 en Tenerife la ha obligado a cambiar sus planes.
La isla ha pasado ahora a un nivel de alerta 3, lo que supone un aumento de restricciones y control de aforos. Entre esas medidas se encuentran las fuertes restricciones a las misas y funerales. Por esa razón, Beatriz no puede celebrar ahora una despedida pública para su hija.
En lugar de hacerla privada, Beatriz ha decidido posponerla hasta que la situación epidemiológica permita ampliar el aforo. El portavoz de la familia, Joaquín Amills, así lo ha comunicado en las últimas horas.
En su comunicado, Amills asegura que Beatriz quería una misa pública como "agradecimiento por la solidaridad" recibida. La madre de las niñas destaca el apoyo recibido durante estos dos meses, desde que el 27 de abril Tomás se llevase a las niñas.
La madre quiere agradecer a la sociedad su apoyo "ante un hecho incalificable", pero también a los medios de comunicación. A ellos les agradece "el respeto, discreción y profesionalidad que han demostrado para mantener informada a la opinión pública".
Sobre el funeral, Joaquín Amills ha asegurado que se realizará cuando la situación de la isla mejore. Quieren poder despedirse de Olivia "sin ningún riesgo" para la salud "de quienes quieran compartir con Beatriz y familia ese duro momento".
Sigue la búsqueda de Tomás
El mayor deseo de Beatriz sería encontrar también a su hija Anna y poderse despedir de sus dos hijas juntas. Aun así, a sabiendas de que las probabilidades son muy bajas, asegura que se despedirá de las dos aunque Anna no aparezca.
Pero quien sí podría aparecer en las próximas horas es Tomás, a quien se busca unas millas mar adentro. Los investigadores creen que se lastró lejos de donde se deshizo de las niñas para dificultar su hallazgo.
La Guardia Civil delimitó la posible zona donde Tomás se habría suicidado, y allí se encontraron hace unos días dos botellas de aire. Es en esa zona donde ahora el Ángeles Alvariño está buscando de forma incansable. La situación es complicada, porque la profundidad es todavía mayor que donde apareció Olivia.
Aun así, los investigadores creen que todavía hay posibilidades de que aparezca el cuerpo del padre, lo que daría descanso a Beatriz. Si el cuerpo de Anna no aparece, la madre de las niñas quiere, por lo menos, saber que su verdugo ya no está.
Que ya no puede hacerla más daño del que ya le ha hecho, porque asegura que sigue teniendo miedo. La incógnita de que Tomás haya podido huir no le permitiría descansar, y Beatriz ahora solo quiere despedirse de sus hijas y recuperarse como pueda.