Consternación en España por la repentina muerte de Luis Mariano San Millán, el expolicía convertido en símbolo para las víctimas de los accidentes de tráfico. Según las primeras informaciones, ha tenido un infarto durante un viaje a Estambul (Turquía) en este puente. Su vida estuvo marcado por la prematura muerte de su hija.
Luis Mariano era una persona muy conocida y querida en su tierra, Palencia. Llevaba desde 2019 jubilado, y la noticia de su muerte ha sido todo un mazazo para sus compañeros de la Policía Local palentina. Sus compañeros, consternados, han confirmado que el exagente murió durante un viaje en el puente de la Constitución.
Este expolicía se hizo muy conocido por escribir un poema a su hija de 22 años fallecida en un accidente de tráfico. La composición se convirtió en todo un himno para estas víctimas, y su nombre se convirtió en un referente de su lucha. Su inesperada muerte es también una dolorosa pérdida para el colectivo.
La muerte de Alba
“Cuando pierdes a un hijo te arrancan parte de ti y ya no vuelves a ser el mismo”. Con esta frase explicaba Luis Mariano en una entrevista el inexplicable dolor por la muerte de su hija. Sucedió el 15 de septiembre de 2014, en un accidente de tráfico en la A-6, en Tordesillas.
Alba San Millán se subió a un coche conducido por un joven sin carné de conducir. Tras pasar el cruce de entrada a Tordesillas, en dirección a Salamanca, se salió de la carretera con el coche a toda velocidad. La hija de Luis Mariano falleció en el acto, mientras que el conductor salió completamente ileso.
“Estaba en una reunión de la comunidad de vecinos y me llamó mi mujer para que fuera a casa”, recordaba el agente. Allí estaban sus compañeros jefes de la Policía Local nocturna, “desencajados, sin poder articular palabra”. Le dieron un teléfono para que fuera la Guardia Civil quien le comunicara la terrible noticia.
Una persona muy especial
“Albita”, como la llamaba su padre, “era tremendamente cabezota, nada se le ponía por delante”. El primer año de universidad se lo perdió por un ingreso hospitalario, y luego se empeñó en acabar la carrera de Ingeniería en los 3 años restantes. Sus padres guardaban en casa el título que nunca llegó a ver.
La joven también realizó prácticas de empresa, dos cursos de alemán y se sacó el carnet de conducir. En los ratos libres trabajaba de camarera en Valladolid, y disfrutaba de la juventud en las fiestas universitarias. “Era muy divertida”, recordaba Luis.
Alba iba a dar un discurso en el acto de graduación, pero murió tres días antes dejando un inmenso dolor entre sus compañeros. “Iba a estrenar un vestido rosa de princesa y unos taconazos”, recordaba con amargura su padre. Era de esas personas que no dejaban a nadie indiferente, y su fuerza es la que ayudó a sus padres a salir adelante.
Sobreponerse al dolor
¿Cómo puede un padre sobreponerse a una tragedia así? Luis Mariano sacó fuerzas para ayudar a su mujer Pilar, para que no se derrumbara. Sin embargo, “aunque somos personas fuertes y acostumbrados a situaciones complicadas, es imprescindible la ayuda profesional”.
Lejos de hundirse, este padre decidió convertir el dolor en belleza y escribió unos versos con más trascendencia de la que esperaba. “Me salió de lo más profundo”, asegura. Se inspiraba mirando la cruz con lazo amarillo y rosa en el lugar del accidente: “Sentía unas ganas irresistibles de contar lo que sentía”.
Con los ojos llenos de lágrimas y el cuerpo poseído por el hipo, compuso el poema en poco más de cinco minutos. Miguel Ángel Cantera, director de la banda municipal de música de Palencia, lo convirtió en una canción de 2:45 minutos. Y así es como nació el himno de las Asociaciones de Víctimas de Accidentes de Tráfico.
Una cruz en el camino
“Nunca pensé que este sencillo poema podría tener tanta trascendencia”, reconocía Luis Mariano. Pero un mes y medio después, la música ya estaba hecha y la canción se estrenó en el Teatro Principal de Palencia. La soprano Hevila Cardeña se encargó de poner voz al tema, que hizo poner de pie a todo el auditorio.
Así rezan los versos del poema Una cruz en el camino: "Se me antojó un monumento en el final del camino, que sea la luz preciosa con un lazo amarillo y rosa, marcando el fatal destino, recuerda el dolor que siento. Ondeando al son del viento, bajo el cielo como fondo y por la noche una estrella, que es señal de la más bella, con menos no correspondo como alivo a mi tormento".
Él siempre decía que el poema era un homenaje, pero no un duelo: "Un himno es un canto que expresa sentimientos positivos, identificando un colectivo con un merecido recuerdo en diversos actos". Hoy, las asociaciones de víctimas pierden a un referente, pero seguro Luis Mariano está un poco más cerca de Albita.