En las últimas semanas se ha venido comprobando que la segunda ola está afectando de diferentes formas a todas las comunidades autónomas. Algunas como Asturias viven ahora su peor momento y su situación es peor que la de primera ola. Otras como Madrid parecen haber superado ya esta segunda ola, después que se iniciará antes que en otros territorios. Pero hay una comunidad que lleva meses instalada entre las que tienen peores datos y que no consigue bajar su curva totalmente: Aragón.
La comunidad aragonesa aunque empieza a ver sí caen sus contagios diarios, ayer domingo se situaban en 348 un dato relativamente bajo respecto a los últimos días, es ahora mismo la que tienen mayor incidencia por cada 100.000 habitantes con 871,3 casos según los datos del ministerio. Hace más de una semana que superó a Navarra y lidera este aspecto. Pero, ¿qué provoca que Aragón no haya sido capaz de mejorar su situación epidemiológica estos meses?
Habría factores clave para explicar que la segunda oleada siga tan alta. Haber vivido su inicio mucho antes (con los brotes de temporeros en julio), no haberla podido controlar en su inicio y la alta sociabilidad son los que apuntan varios expertos en 'Heraldo de Aragón'.
Jesús Gómez-Gardeñes, profesor de Física de la Universidad de Zaragoza, explicaba que «la transmisión comunitaria la venimos arrastrando como consecuencia de la ola de julio». Además añadía que pese a la «intensa labor de rastreo» no se identificaban suficientes contactos para evitar nuevos contagios.
Otros como José Ramón Paño, investigador principal del Grupo de Investigación Clínica en Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Zaragoza, creen que no hubo una respuesta «ejemplar» como durante el confinamiento de primavera. «No hemos sabido identificar algunas situaciones de riesgo como las reuniones familiares, ni evitar otras obvias como el ocio nocturno».
Una segunda ola más larga que tiene su efecto en los hospitales
Aragón también se sitúa estos días entre las comunidades que tienen una mayor presión hospitalaria. En el último informe de Sanidad, los datos indicaban que el 48,74% de sus camas de UCI las ocupan pacientes Covid, solo superada por La Rioja con un 56,67%. Además también es la segunda comunidad con una positividad más alta, el 18,56%, siendo Castilla y León, con un 19,61%, la primera de la lista. Actualmente hay 917 hospitalizados, 112 de ellos en las UCIs.
Los mismos expertos coinciden en que la situación actual en los hospitales se debe al hecho que posiblemente la comunidad ha vivido la segunda ola más larga de toda España. Esto ha provocado que «el sistema sanitario reciba el aumento de estas últimas semanas en una situación muy precaria», explicaba Paño. Mientras que en julio la situación era de relativa calma, ahora, según apunta Gómez-Gardeñes, «La segunda ola nos dejó tras de sí una ocupación sostenida de unas 70 camas uci con positivos». No dudan en hablar que posiblemente en este territorio se ha vivido ya una tercera ola de contagios.
Cuál puede ser la solución para frenar la curva
Los posibles remedios que apuntan son los ya conocidos. Paño defiende un «autoconfinamiento responsable e inteligente», ya que no parece que vaya a venir impuestos desde el Gobierno. Recuerda la necesidad de «evitar los espacios cerrados, usar correctamente la mascarilla y hacer una buena higiene de manos» y que quizá toca sacrificar el ocio para evitar que la cosa vaya a más.
Jesús Gómez-Gardeñes también defiende la necesidad de bajar la curva «antes de que llegué el frío» y las fechas navideñas. Intentando evitar un confinamiento total, que aunque defiende serviría para «lograr acelerar la bajada», pide reforzar el rastreo y «aumentar la capacidad de test». Invita también a mantener burbujas familiares, evitar reuniones de no convivientes en interiores y fomentar el teletrabajo