Aunque en España se ha conseguido doblegar la curva de contagios y lo peor del colapso de la sanidad ya ha pasado, los hospitales advierten de otro problema relacionado con patologías que no son Covid-19: la saturación de los centros puede afectar a la larga a todos aquellos pacientes con patologías cuyos diagnósticos y tratamientos se aplazaron al estar los centros trabajando exclusivamente en casos de Coronavirus.
A la espera de que se materialice el plan de repliegue de la sanidad, los médicos temen un nuevo colapso por la acumulación de visitas pendientes. Y es que durante estas semanas se suspendieron visitas programadas, cirugías, tratamientos en marcha, seguimiento de pacientes con enfermedades neurológicas o cáncer, y también enfermos que no han querido ir al médico estos días por miedo a contagiarse.
La vuelta a la normalidad puede causar un nuevo colapso de listas de espera acumuladas y patologías agravadas por culpa del virus.
Una de las especialidades que se ha visto muy afectada por el virus es cardiología, cuyas actividades quirúrgicas y tratamientos programados se han reducido hasta el 70% en muchos centros. En la Sociedad Española de Cardiología (SEC) dan por hecho que muchas personas no quieren llamar y pasan infartos en su casa: «Esperan 10 o 12 horas hasta que el dolor desaparece».
Muchos pacientes prefieren pasar síntomas agudos en casa, y eso lleva a la complicación de algunas patologías y, en algunos casos incluso, a desenlaces fatales. Según el SEC, en 71 servicios de toda España los diagnósticos cayeron un 57% y se hicieron un 40% menos de intervenciones por infarto agudo entre la primera y la tercera semana de marzo.
¿Significa eso que hay un 40% menos de infartos en España? Claramente no. «La gente no va a los hospitales», dice el presidente de la SEC, que advierte de las consecuencias a largo plazo de pacientes que han pasado un infarto en casa y cuyo corazón va a trabajar muy forzado: «Aparecerán signos de insuficiencia cardiaca en un mayor número de pacientes en los próximos meses y años, probablemente el doble o el triple de pacientes que hasta ahora».
Las unidades de cardiología se preparan para complicaciones del infarto que no habían visto hasta ahora, o infartos y secuelas que habían desaparecido hace 20 años gracias a las redes de atención que se han desarrollado para estos casos.
Otra problema similar es el de los ictus. Según un estudio en 18 hospitales de todo el país, ha habido un 30% menos de infartos cerebrales en España estas semanas, y además han dejado de atenderse patologías como parkinson, migraña y epilepsia. Los centros de neurología se preparan también para una vuelta a la normalidad muy complicada.
Una situación parecida están viviendo los pacientes de diabetes, que no van al médico ante problemas de ataques o descompensación, y los enfermos de cáncer, que han visto afectados los programas de cribado para cáncer de colon, mamay cércix, y pruebas de control y de seguimiento cuyo retraso podría complicar fatalmente la evolución en muchos casos.