La nueva ministra de Sanidad, Carolina Darias, se ha estrenado en el cargo con una consigna clara: hay que doblegar la tercera ola sin confinamiento ni modificar el estado de alarma. Y esto pasa por endurecer al máximo las restricciones en las comunidades autónomas dentro del marco legal que ofrece el estado de alarma actual.
Con esta intención, la ministra se ha dirigido a las comunidades para pedir que amplían las medidas «todo lo posible» dentro de la legalidad vigente. «Hago una llamada a las comunidades a ampliar las medidas todo lo posible dentro de la estrategia para contener la propagación del virus y poder bajar los datos con mayor rapidez», ha dicho.
La ministra ha hecho estas declaraciones a los medios tras visitar la fábrica de materiales hospitalarios Breton Dickinson en San Agustín de Guadalix, en Madrid. Darias ha insistido en que, a pesar de la tendencia a la baja de los contagios, el descenso no es tan rápido como sería deseable y por eso hay que mantener las medidas y endurecerlas.
La ministra ha hecho un reconocimiento explícito a las comunidades autónomas y les ha pedido que utilicen el estado de alarma como herramienta para endurecer las restricciones que garanticen un mayor control de los contagios. Hay que recordar que las autonomías llevan semanas pidiendo al Gobierno la modificación del estado de alarma para endurecer las restricciones con el fin de doblegar la curva de los contagios.
Se espera la llegada de más vacunas
La ministra también ha hablado sobre la vacunación, uno de los temas que más preocupan ahora mismo tras el problema de suministros de los últimos días. Darias se ha reafirmado en el objetivo de lograr vacunar al 80% de mayores de 80 años y personal sanitario «como muy tarde en marzo», y a la mayoría de los españoles, un 70%, en verano.
«Sé que es un reto complicado pero el Gobierno de España está volcado en ello, mantenemos los objetivos», ha dicho la ministra. También ha recordado que, cuando se inicie la segunda fase de vacunación se podrá avanzar más rápido porque serán los ciudadanos los que se desplacen a los centros de salud para recibir la inyección. Ahora se están vacunando a los ancianos en residencias, y son los equipos sanitarios los que se desplazan.
Los problemas en el suministro de las dosis acordadas por la Unión Europea han obligado a suspender la administración de nuevas dosis en Madrid y en Cataluña, y ha puesto en riesgo la vacunación en otras comunidades. Hoy se ha anunciado que España recibirá en febrero 2,3 millones de dosis de Pfizer y Moderna, más las de AstraZeneca que aprobó el pasado viernes la Comisión Europea.
La ministra ha afirmado que «las de AstraZeneca son muy importantes, esperamos que las dosis del acuerdo se mantengan». Además ha expresado su deseo de que España pueda contar «en breve» con otra vacuna, la de Janssen. «Todos desearíamos que el ritmo fuese más rápido, pero hace solamente un mes que llegaron las vacunas a nuestro país».
Respuesta de Madrid por las restricciones
La ministra ha hecho estas declaraciones a la salida de la fábrica de material hospitalario Becton Dickinson, de la que ha dicho que «es tremendamente importante que estas empresas contribuyan a posicionar estratégicamente a España en la fabricación de productos sanitarios tan demandados durante la maldita pandemia».
Esta planta, junto con otras dos que tiene la empresa en España, diseña especialmente jeringuillas de bajo volumen muerto, utilizadas para aprovechar la sexta dosis de los virales de Pfizer y BioNTech.
La ministra ha recibido en las últimas horas una contundente respuesta del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, por las restricciones. «Más restricciones no supondrían un beneficio en la salud y lo estamos viendo en otras comunidades autónomas», ha dicho Aguado, y ha avanzado que su gobierno no endurecerá las restricciones.
Aguado también ha respondido a las declaraciones de la ministra de Sanidad sobre el ritmo «deprimente» de la vacunación en Madrid. El portavoz asegura que el motivo es que no llegan más dosis: «En Madrid no hay un problema de manos, sino de vacunas, cada semana deberían llegar 498.000 dosis y llegan menos, si fuera así para el 30 de junio no estará ni el 10% de la población vacunada».