Las redes sociales son un auténtico peligro, y es que ya monopolizan casi todo nuestro tiempo. Así, incluso rostros tan conocidos como Kiko Hernández reconocen que empieza a afectarle a la hora de trabajar.
Así, el colaborador de Sálvame no tardaba en admitir que él también había caído en la trampa de Instagram, que consigue mantenerle pendiente del móvil durante casi todo el día.
"Te tengo que dar la razón con Instagram y tengo que pedir perdón a mis directores porque me estoy enganchando a Instagram que no veas. Ahora entiendo que estés todo el santo día mirando el móvil", reconocía en directo.
"Esto es un enganche. Voy a apagar el móvil", aseguraba tras darse cuenta de la cantidad de tiempo que pasaba metido en la plataforma.
"Se acabaron las bombas en directo", añadía el colaborador. Y es que otras compañeras como Anabel Pantoja ya habían advertido acerca del peligro que suponían.
La joven es una verdadera influencer que cuenta con más de un millón y medio de seguidores. Y nadie mejor que ella para conocer de cerca los entresijos de las redes sociales. De hecho, a la sobrina de Isabel Pantoja se le ha llamado muchas veces la atención en plató por ese motivo.
"Que tiemble el sector que ahí voy. Yo no sabía lo que era esto", aseguraba Kiko, quien además quedaba impactado con el dineral que se puede llegar a ganar siendo influencer y colaborando con marcas.
"Yo he escuchado 25.000 euros en el documental y se me han puesto los ojos como el Tío Gilito", ha señalado tras conocer el pastizal que llega a embolsarse Anabel.
"Marcas de España, aquí estoy", hacía un llamamiento desde Sálvame. "Si me tengo que despelotar... Lo que me pidáis", bromeaba.
La audiencia le pone un alto a Kiko Hernández y se ve obligado a pedir perdón
Kiko Hernández es uno de los pesos pesados de Sálvame, de eso no cabe duda. Sin embargo, a la audiencia parece no gustarle que sea tan duro con algunos famosos.
Su último conflicto lo ha protagonizado con Carmen Borrego, a la que no ha dudado en machacar durante su participación en La última cena. Algo que hacía saltar incluso a su sobrina, Alejandra Rubio, que no entendía como su tía podía permitir que la tratasen así.
A pesar de que Kiko se arrepintió de su actitud y de haber arremetido también contra Terelu Campos, parece que las disculpas no le valieron a la televisiva.
"Ya no me vale el perdón, me valen los hechos", aseguraba la hija mayor de María Teresa Campos.
A lo que Kiko Hernández se defendía señalando que: "Creo que falta comunicación en esta familia. Muchísima. Porque sino es incompatible totalmente los discursos de Terelu y Alejandra con lo que pasa entre Carmen Borrego y yo".
De lo que no cabe duda, es de que la audiencia se ha cansado de este acoso y derribo por parte del tertuliano. Tanta maldad empieza a cansar al público, que exige que se disculpe y deje de humillar de esa forma a cualquiera que se le ponga enfrente.
Muy pocas veces hemos visto a Hernández agachar la cabeza y reconocer sus errores. Una de las últimas fue tras ver la docuserie de Rocío Carrasco.
Casi al borde del las lágrimas, admitía haber juzgado a Rociíto antes de escuchar su testimonio.
"Podía haber pedido tu teléfono y habértelo dicho en privado, pero como lo he dicho públicamente te lo quiero decir a ti también públicamente y a la cara".
Así, Kiko dejaba entrever su lado más humano al reconocer que "no había sido ni buen profesional ni buena persona al llamarla mala madre".