Los juicios con jurado no son demasiado frecuentes en España, no tanto como los que hemos visto incansables veces en películas y series americanas, donde el jurado popular es el pan de cada día en este tipo de procesos. Pero cuando un caso supera el umbral habitual de alevosía o se convierte en un caso lo suficientemente mediático, este tipo de juicios también se producen en nuestro país.
Es el caso del juicio que se está celebrando estos días contra la acusada de matar a su cuñada tras una pelea en Torrelavega, Cantabria, a quien después intentó cortarle la cabeza para finalmente prenderle fuego al cadáver.
Los hechos ocurrieron el 26 de julio del 2019, y es ahora cuando se está celebrando el juicio, que ya ha contado incluso con los testimonios, alguno escalofriante, de los Bomberos que acudieron aquel día al domicilio.
Todo se sucedió, según contó la acusada poco después de la llegada de la Policía, por una pelea que habían tenido ella y su cuñada, por lo que al final la «acuchilló» y la mató.
La sospechosa, según los agentes que estuvieron con ella, estaba «tranquila» y no presentaba grandes signos de violencia, más allá de pequeños cortes en sus manos. Su cuñada, en cambio, había sufrido una violencia extrema.
El cuerpo de la víctima presentaba «veintitantas» puñaladas, algunas de ellas por el pecho y «a la altura del corazón», pero también presentaba un gran «corte en el cuello» que indicaba que la sospechosa había intentado decapitarla.
Además, los Bomberos que accedieron a la vivienda se encontraron con víctima y sospechosa encima de la cama. La acusada de matarla estaba sentada, con una caja de cerillas en la mano que prendía y tiraba encima del cuerpo sin vida de su cuñada.
Como consecuencia, el cadáver estaba «parcialmente» quemado, al igual que el colchón, que además había quedado empapado de sangre, «calado hasta abajo», ya que la sangre llegó al suelo bajo la cama.
El arma del crimen la encontraron en un mueble de la cocina, una navaja de un tamaño «considerable» de más de 20 centímetros de hoja y unos 50 desplegada.
Los familiares de la víctima alertaron
Los agentes de Policía, que también estuvo en el lugar del crimen, han explicado en el juicio que acudieron al domicilio alertados por familiares de la víctima, que habían denunciado que hacía horas que no sabían nada de ella y que cuando intentaron entrar en su domicilio, la acusada no se lo permitió.
Ante esto, acudieron a la Policía y les contaron que su familiar y la ahora acusada de matarla tenían «mala relación» y que creían que había habido algún problema entre ambas. Lo que seguramente jamás se imaginaron es que la sospechosa había matado a su cuñada.
Los agentes de Policía y los bomberos entraron a la vez en el domicilio y se encontraron el humo originado por el intento de la sospechosa de quemar el cadáver de la víctima con cerillas. Al parecer, la mujer había empezado a prenderle fuego cuando los bomberos llegaron.
Uno de los factores más sorprendentes del caso es que la acusada llegó a asegurar que «un científico la programó para que lo hiciera». Actualmente está internada en la unidad de Psiquiatría del Hospital Valdecilla y se muestra conforme con la pena de 14 años y 9 meses de cárcel que la fiscal pide por asesinato, aunque la familia de la víctima pide 22 años de cárcel.
El juicio se está celebrando esta semana y se prevé que termine el viernes, con la deliberación y el veredicto del jurado, y más tarde con la sentencia.