El poeta y abogado José Rafael Hernández murió en Las Palmas el 14 de octubre de 2018, a manos de su hijo. Marcos José acabó con la vida de su padre asestándoles 20 hachazos. Un crimen brutal que conmocionó en su momento a la sociedad española y que ahora su autor atribuye a una voz interior que le ordenó hacerlo.
Ayer arrancó en la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria el juicio por el asesinato de José Rafael Hernández, que empezó con la declaración del único acusado. Marcos, de 45 años, relató con toda suerte de detalles lo que ocurrió.
Marcos José Hernández mató a su padre a hachazos horas después de hallar muerta a su madre, que estaba a su cuidado. Dice que sintió que se tenía que enfrentar «a un poder con mucha fuerza y energía», y que lo hizo porque «creía que era el demonio y quería cortarle las piernas». Por eso, asegura que «para nada era consciente de lo que hacía».
El acusado ha relatado los presuntos malos tratos a los que fue sometido por parte de su padre desde niño. Según su versión, su intención no era acabar con la vida de José Rafael, sino que fue una voz interior la que le ordenó hacerlo. Marcos ha contado al juez que el día de los hechos llegó a casa tras salir a comprar el pan y encontró a su madre «con un color raro», hecho por el cual se sintió «desolado, como loco».
Según cuenta, intentó reanimarla mientras veía por la ventana una nave espacial que iba a recogerlos a los dos. Marcos dice que había salido de tirar pañales sucios a la basura, y al volver a casa encontró a su madre muerta. Al ver que «su brazo estaba azul», pensó que había sido su padre quien había matado a la madre.
«Su cara era de felicidad, pero la escena era horrible, de terror», siguió contando al juez. Entonces sintió que una voz interior le ordenaba acabar con el demonio que tenía delante, cortarle las piernas y matarlo. Pero asegura una y otra vez que en todo momento creyó que quien tenía delante era el demonio, y no su padre.
Una vez perpetrado el acto criminal, Marcos llamó al servicio de emergencias 112 y solo recuerda que les dijo que había matado a su padre. Dice no ser consciente de las horas que transcurrieron hasta que avisó a emergencias. Su abogado, Carlos Quintana, defiende que Marcos padece un trastorno psicopático diagnosticado en prisión y desarrollado durante los años en que tuvo que cuidar de su madre con los medios de que disponía.
Piden la prisión permanente revisable
El relato del fiscal es muy diferente. En la primera sesión del juicio, Luis Estevés ha contado que José Rafael estaba acostado boca arriba cuando recibió un ataque sorpresivo, con numerosos golpes en la cabeza y en el cuerpo, y sin posibilidad de defenderse. Además, culpa al acusado de tener a su madre «en una clara situación de abandono», ya que no recibía la atención médica, ni alimentación ni aseo.
El fiscal asegura también que Marcos no sufría alteración mental alguna en el momento de los hechos, tal y como han determinado los peritos forenses. Cree que mató a su padre por venganza, al culparle de la muerte de su madre enferma de párkinson y con parálisis. La acusación particular, que ejerce la hermana de la víctima, añade que el crimen fue planificado y que tuvo ensañamiento al ser cometido con un hacha.
El acusado se enfrenta ahora a una pena de 25 años y seis meses de cárcel por el crimen de su padre y el abandono de su madre enferma. Es lo que pide la fiscalía, mientras que la acusación particular pide la prisión permanente revisable, más cuatro años de cárcel. La hermana de José Ragael pide que se haga justicia y que no se manche la memoria de su hermano. El juicio continuará hoy con el interrogatorio de los testigos.