El propietario de un bar de Reus (Tarragona) tendrá que responder ante la justicia por haber abusado durante meses de una mujer con discapacidad mental. El hombre, que ahora tiene 72 años, convenció a la mujer para mantener relaciones a cambio de un café. Los hechos sucedieron en enero de 2017.
El acusado regentaba entonces un bar al que acudía la víctima de los abusos. La mujer tiene una discapacidad mental del 68% que la incapacita para tomar decisiones. Trabajaba en un taller cercano, y solía ir siempre al mismo bar para tomarse el café.
Según la fiscalía, el acusado le propuso invitarla a un café a cambio de una felación a sabiendas de que sufría una deficiencia mental. Los dos se dirigieron a los servicios del mismo establecimiento y realizaron actos de carácter sexual. La misma situación se reprodujo durante varios meses.
Se enfrenta a 14 años de cárcel
Ahora, el dueño del bar se enfrenta a diez años de cárcel por un delito de abuso sexual continuado y cuatro más por un delito de prostitución y explotación sexual de persona con discapacidad. No podrá acercarse a la víctima durante quince años, y tendrá que pagar 15.000 euros en concepto de indemnización.
Una sentencia de 1993 considera a estas personas incapaces de tomar una decisión de índole sexual. Por eso se considera abuso, a pesar de que aparentemente ambos se pusieron de acuerdo en el trato. En este caso parece evidente que el acusado se aprovechó de la indefensión de la víctima.
Sexo a cambio de 5 euros
La Audiencia Provincial de Tarragona juzga desde hoy el caso de abusos contra esta mujer, en el que hay otro implicado. Se trata de un hombre que ofrecía 5 euros a la misma mujer para mantener relaciones sexuales. Piden para él una pena de once años y nueve meses.
En marzo de 2017, dos meses después de lo sucedido con el amor del bar, la mujer conoció a este segundo sujeto. El hombre, de nacionalidad española, le propuso subir en moto. Ella accedió y se dirigieron al descampado donde él le propuso que le hiciera tocamientos a cambio de 5 euros.
En el descampado, el acusado cruzó su brazo por detrás de la víctima y mantuvieron relaciones sexuales. Lo hizo, según la fiscalía, “aprovechando las limitaciones mentales de la perjudicada, de las cuales era consciente”. También en este caso, los abusos se prolongaron durante meses.
Otra agresión sexual a una discapacitada
Desafortunadamente, no es el único caso de abusos sexuales a una discapacitada, y recientemente hemos tenido otro ejemplo. La semana pasada, un juzgado de Lleida decretó prisión provisional sin fianza para cuatro hombres. Están acusados de agredir sexualmente a una menor discapacitada de 16 años.
Según la investigación, uno de los detenidos habría efectuado la agresión sexual ante la mirada de los otros tres. El primero será procesado por haber cometido supuestamente la agresión, mientras que los otros lo serán por no haberla evitado. Los cuatro cómplices eran compañeros de piso y han sido identificados por la víctima.
Este caso ha levantado una gran indignación en Rosselló, la localidad donde tuvo lugar. Se han sucedido las manifestaciones y muestras de rechazo a esta nueva agresión contra una mujer. La víctima, en este caso, tenía solo 16 años, y también tiene acreditada una deficiencia mental que limita sus capacidades.
Estas personas tiene dificultades para discernir lo que está bien y lo que está mal, lo que es un abuso y lo que no lo es. Por eso es muy importante la colaboración, ciudadana, y denunciar cualquier actividad sospechosa contra este tipo de personas. Ahora solo queda que el peso de la ley caiga sobre ellos con toda la contundencia.