Un joven de 19 años tuvo que ser ingresado de urgencia en la UCI del Hospital General de Massachusetts tras ingerir comida de su frigorífico. La rápida actuación de los médicos evitó que el chico perdiera la vida, pero no las dos piernas que tuvieron que amputarle para salvarle.
Pierde las dos piernas tras comer un plato de fideos y pollo
El caso ocurrió en Estados Unidos cuando un adolescente abrió su nevera con la idea de saciar su hambre. En ella encontró un plato de fideos y pollo que un amigo había guardado el día anterior tras comprarlo en un restaurante.
Horas después de su ingesta, empezó a encontrarse mal. Aparecieron unas manchas púrpuras en su piel y su amigo lo llevó a un centro médico donde le atendieron de urgencias. Tras realizarle las pruebas correspondientes, los síntomas empeoraron.
El joven comenzó a sentir dolor abdominal, vómitos, escalofríos, debilidad, dolor torácico, dificultad para respirar y la visión borrosa. Unos síntomas que fueron en aumento y por los que fue llevado de urgencias al Hospital General de Massachusetts mediante un helicóptero.
Una vez allí, y con más de 40 de fiebre y taquicardias, los médicos decidieron sedarle. El diagnóstico fue rotundo: padecía una infección bacteriana causada por Neisseria meningitidis, más conocida como meningococo.
Un cuadro clínico que desembocó en un fallo de los riñones y la coagulación de la sangre, derivando en una gangrena en dedos y piernas. No había tiempo que perder, pues la infección se abría paso y los médicos decidieron amputarle los dedos afectados y las dos extremidades por la rodilla.
El joven se recupera favorablemente
26 días después de la intervención, el joven se recupera favorablemente y su vida no corre peligro. Como tampoco corrió peligro la vida de su amigo quien el día anterior a su infección, también comió los mismos fideos y el mismo pollo.
En su caso, solo experimentó vómitos y no desarrolló ninguna afección más. La neisseria meningitidis, más conocida como meningococo, es una bacteria que puede afectar al cerebro o a la sangre.
En el caso de que llegue al torrente sanguíneo como en el caso que nos ocupa, se desarrolla una sepsis. Una enfermedad que provoca hemorragias en la piel (de ahí las manchas púrpuras), y en los órganos.
Normalmente se trasmite por contacto estrecho con una persona infectada y su tratamiento es a base de antibióticos. No obstante, cuando la infección se manifiesta en su forma más agresiva, es necesario otro tipo de intervenciones, pues el riesgo de morir es alto.
Las extremidades suelen ser algunas de las afectadas por la infección al desarrollar gangrena, la muerte del tejido corporal, pero también puede darse en los órganos. De ahí que se requiera la amputación de la zona afectada para frenar la proliferación de la enfermedad. Actualmente existe vacuna contra el meningococo que suele administrarse a los 12 meses y a los 12 años.