Crudo suceso el que ha salido a la luz sobre un padre australiano que acababa con la vida de su bebé por un videojuego. Un joven de 23 años se enfrentó este pasado viernes a un juicio ante la Corte Supremo de Victoria después de haberse declarado culpable del asesinato de su hijo de tan solo 53 días de vida.
Los hechos tuvieron lugar en octubre de 2019, cuando el australiano Joseph William McDonald, adicto a los videojuegos, a las drogas y con trastorno de la ira, estaba jugando a la conocida consola PlayStation en el comedor de su casa. Joseph atacó de repente al pequeño Lucas porque se sentía frustrado por la partida que estaba disputando en ese momento, según recogen varios medios locales.
La madre del bebé, Samantha Duckmanton, se encontraba en ese momento en la habitación de al lado cuando escuchó el llanto del pequeño Lucas, pero cuando llegó al comedor McDonald le dijo que el niño estaba bien y le dio excusas para que no se preocupara.
Poco después, Lucas comenzó a no encontrarse bien y, debido a su condición de deterioro, Samantha decidió llevar al pequeño al hospital. Allí las pruebas médicas revelaron que el niño, de tan solo dos meses de vida, tenía un sangrado cerebral. Posteriormente los escáneres confirmaron que había sufrido una muerte cerebral. Un día después del fallecimiento del bebé, el personal del hospital mantuvo una reunión con Duckmanton y McDonald para informarles de que las lesiones que presentaba Lucas no eran a causa de un accidente.
«Fue un acto cobarde»
Tras conocer esta información, Samantha se confrontó con su pareja y éste confesó que le había presionado la cabeza con demasiada fuerza. A continuación, McDonald huyó del hospital y se escondió de la policía. Sin embargo, transcurrido un tiempo, McDonald decidió entregarse voluntariamente a la policía y confesó los hechos.
Por su parte, Samantha declaraba que el día del fatal suceso ella estaba en la habitación de al lado: «Si hubiera dejado que limpiara los platos y hubiera cuidado yo del pequeño, hoy estaría vivo. El remordimiento me persigue y no pude protegerlo porque confié en Joseph».
La madre añadía que «Lucas era inocente y no se podía defender. Fue un acto cobarde y tú eres su padre, se suponía que tenías que protegerlo. Nunca seré capaz de saber qué le pasó por la cabeza ese día para hacer algo así».
Por otra parte, el abogado de McDonald declaraba que su cliente siente que debe recibir un castigo apropiado por lo que le hizo a su hijo.
Traumatismos bruscos
El fiscal Mark Gibson señalaba durante el juicio que, según las evidencias médicas, las lesiones que había sufrido el bebé de dos meses eran traumatismos bruscos, que solo se podían haber producido a consecuencia de golpes propinados directamente en la cabeza del niño o de haber forzado la cabeza del bebé y haberla golpeado contra un objeto.
Durante el juicio también se reveló que, semanas antes de producirse los hechos, McDonald había estado buscando por Internet información sobre tratamientos contra las adicciones y los problemas de control de la ira. Finalmente, el joven australiano recibirá la sentencia en las próximas semanas.