Centro penitenciario de Herrera de la Mancha, 12 de mayo de 2021. En el salón de actos, José Bretón, Miguel Carcaño y otros once reos se sientan en círculo para confesar sus crímenes en los talleres de diálogo restaurativo. La terapia ayudará a conocer como nunca hasta ahora sus verdaderos sentimientos.
"Hola, me llamo José Bretón y estoy aquí por haber asesinado a mis hijos, a mi José y a mi Ruth", dice el cordobés. Cumple 25 años de reclusión mayor por el asesinato de sus dos hijos el 8 de octubre de 2011. Su nombre está asociado a la tragedia de la violencia vicaria y es uno de los asesinos más célebres.
"Hola, mi nombre es Miguel Carcaño y sé que me conocéis. Estoy aquí por haber asesinado a mi amiga Marta", se presenta el sevillano. El asesino confeso de Marta del Castillo cumple una pena de 21 años. El crimen tuvo lugar el 24 de enero de 2009, y el cuerpo de la joven aún no ha aparecido.
El Mundo revela ahora las confidencias de estos dos presos entre rejas, y permite conocer por primera vez sus verdaderas sensaciones. El objetivo de los talleres es que los asesinos asuman sus hechos y el dolor causado. Se trata de reparar, en la medida de lo posible, el daño de unos crímenes abominables.
Durante 10 sesiones de 4 horas de duracón cada una, desde el 12 de mayo hasta el 31 de julio, estos dos asesinos y otros delincuentes pusieron en común sus fechorías. Fue en una de las cárceles de máxima seguridad en España, con los presos sentados en círculo y asistidos por dos mediadores.
'Me he intentado suicidar varias veces, pero ni para eso valgo'
José Bretón, el parricida de Las Quemadillas, es probablemente el asesino más célebre de la crónica negra española. Impactó a la opinión pública por la frialdad con la que mató a sus dos hijos de 2 y 6 años. Nadie ha podido olvidar su mirada durante el juicio, que reveló la personalidad de un psicópata.
Ahora, en privado y con confianza, revela exactamente lo que sintió. "Nada más hacerlo me arrepentí", explica en la terapia. Según explica, "siempre negué el crimen hasta hace tres años en que decidí dar el paso y quitarme de encima el peso de tener que mentir". Pero, ¿qué piensa Bretón sobre lo que hizo?
"Lo que hice es lo peor que puede hacer un ser humano", afirma categóricamente. Y cuenta por qué lo hizo: "Cuando ella me planteó el divorcio no lo pude soportar. Estuve dos semanas planeándolo todo, porque quería hacerle daño a ella, pero tranquilo los niños no sufrieron, jamás les haría daño".
José Bretón ha expuesto sus sentimientos abiertamente: "Yo nunca necesité que me tocara la lotería, porque yo ya tenía la lotería con mi mujer y mis dos hijos". Y durante las sesiones se ha mostrado abierto a tener un encuentro con su exmujer "siempre que ella quiera y no le haga más daño".
A pesar de su arrepentimiento, Bretón sigue siendo un asesino repudiado dentro de la misma cárcel. Tanto es así, que durante las sesiones nadie quería sentarse a su lado. "Me he intentado suicidar varias veces, pero ni para eso valgo", ha confesado durante las charlas en comunidad.
José Bretón ha sido objeto de varios ataques dentro de la cárcel, y está dentro de un programa de protección y vigilancia. Mientras se realizaban las sesiones tuvo lugar el caso de Anna y Olivia en Tenerife. Asegura no ver la tele porque "me sacan a mí y me duele ver cómo los medios me demonizan".
'Entiendo que la sociedad me odie, pero no sé dónde está el cuerpo de Marta'
Miguel Carcaño ha sido durante todos estos años uno de los asesinos más odiados en España. No sólo por haber puesto fin a la vida de una joven de 17 años, sino por la crueldad de no revelar dónde está su cadáver. En las charlas se ha mostrado como "un personaje roto, más bien callado".
A diferencia de José Bretón, Miguel Carcaño es un preso querido dentro de la cárcel. En las sesiones ha hablado de "rabia", "miedo" y "rencor" para definir lo que siente. También ha reconocido que su pena es justa, y ha agradecido el buen trato que recibe en la cárcel donde cumple dos décadas de condena.
Sobre la pregunta que llevan haciéndole todos estos años, ha sido claro. "No sé dónde está el cuerpo de Marta y sé que sus padres me creen. Entiendo que la sociedad me odio, entiendo el rechazo, pero no puedo decir donde está el cuerpo porque no tengo ni idea".
Los presos que han participado en el taller han reflexionado sobre la naturaleza de sus actos, pero también sobre la posibilidad de encontrarse con los familiares de sus víctimas. Miguel Carcaño no ha respondido a esa pregunta, pero ha deslizado una premonición: "Cuando quede libre, me tendré que ir de este país".
'Es injusto que me hayan caído 48 años por matar a dos personas'
Junto a José Bretón y Miguel Carcaño estaba también Sergio Morate, condenado a 48 años de cárcel por el asesinato de Marina Okarynska (26 años) y Laura del Hoyo (24 años). Fue el que se mostró más frío durante su confesión. E incluso denunció la injusticia por la pena que le ha caído.
"No existe la justicia, porque depende del momento te cae una pena u otra", afirmó. Afirma que no es justo que por matar a dos personas le caigan 48 años y que a los asesinos de niños les caiga menos. Cerca de él estaba José Bretón, que cumple la mitad de la condena y que pudo haberse sentido aludido.
Además, Sergio Morate explicó el origen de sus actos: "Cuando me enfado me cuesta mucho controlarme, cuando algo me hace daño, sé que reacciono así". Se arrepiente de lo que ha hecho, pero solo por las consecuencias que ha tenido para él y su familia. "Marina era un mal bicho", asegura.
José Bretón, Miguel Carcaño y Sergio Morate, tres asesinos diferentes pero con una cosa en común. Ninguno de los tres considera que su crimen tuviera nada que ver con la violencia machista.