Jorge Luis Fernández, fotógrafo casado y con dos hijas, murió el jueves a los 49 años al sufrir un infarto en plena calle. Ocurrió en la plaza de la Soledad, en Badajoz, durante la procesión que fue seguida por una multitud de gente. El suceso causó una gran conmoción en el lugar.
Jorge Luis fue atendido por las ambulancias en el mismo lugar, y trasladado con vida al Hospital Universitario de Badajoz. Allí murió poco después como resultado del infarto que había sufrido. Su muerte ha causado estupefacción y tristeza en los medios locales, donde era muy conocido.
Periodistas y fotógrafos locales han recordado emocionados a su compañero fallecido de forma inesperada. Le recuerdan como un apasionado por la fotografía, por su mujer y sus hijas. Jorge Luis Fernández nació en León pero vivió durante casi toda su vida en Badajoz, donde ya descansa para siempre.
Camionero de profesión
Jorge Luis Fernández era camionero de profesión, y en sus rutas llevaba siempre consigo la cámara fotográfica. Pasó mucho tiempo fuera de casa hasta que consiguió un puesto de administrativo en la empresa. Desde entonces podía dedicar más tiempo a su familia y a la fotografía, sus grandes pasiones.
Estaba casado con Francis y tenían dos hijas adolescentes, que el sábado tuvieron que despedirse para siempre de él. Estaba en el mejor momento de su vida, ya que por fin podía disfrutar más de su familia. Además, en 2020 obtuvo el premio Ciudad de Badajoz y su imagen fue expuesta en un museo.
Jorge Luis era también un devoto cofrade, muy implicado en las actividades de la Semana Santa en la ciudad. El jueves se encontraba en la procesión cuando se desvaneció y tuvo que ser atendido de urgencia. La llegada de las ambulancias y la reanimación obligaron a alterar el circuito de los pasos.
Muy querido en Badajoz
Jorge Luis inmortalizó todas las fiestas locales, desde la Semana Santa a los carnavales y los reyes magos. Era también aficionado a la natación y también realizó fotografías para el Club Natación Badajoz y la federación extremeña. Las autoridades lamentan haber perdido a todo un valuarte de la ciudad.
Destacan de él que todo lo hacía por afición y por generosidad, y que nunca se movió por dinero. “Era una persona que, haciendo lo que hacía tan bien, unas fotos tan bonitas, siempre acababa pidiendo tu aprobación”, explica un amigo. Un rasgo que habla muy bien de la personalidad del desaparecido.
El sábado fue enterrado en el cementerio de la Virgen de la Soledad, después de una misa en su memoria. Sus compañeros, devastados por la noticia, ya le están preparando un homenaje para la Semana Santa del año que viene. Las protagonistas serán sus fotos, que quedarán para siempre como legado.
Sus compañeros le recuerdan
Jorge Luis Fernández estaba muy unido a Andrés Rodríguez, compañero de afición que le ha recordado como “un hermano”. “Tenía cuatro pasiones: su mujer, sus dos hijas y la fotografía”, explica, “es muy duro ver cómo se te marcha un amigo. Le cuesta encontrar las palabras para definir al fallecido.
“Educado, afable, amigo de sus amigos”, así es como le recuerda otro compañero, Ricardo Correa. Dicen de él que colaboraba siempre con los demás, echando una mano en lo que hiciera falta, y que era de los que levantaban a los demás con su sonrisa. Era una persona muy activa, “siempre con ganas de hacer cosas”.
Enrique Vidarte, fotógrafo, explicó que “era un caballero de la fotografía” y que siempre hablaba con la gente “de cualquier tema con educación y respeto”. Gracias a él muchos conocieron el vía crucis viviente del Cerro de Reyes. Y como esta muchas otras actividades de la ciudad que nunca se cansaba de promocionar.