Joaquín Guisado tenía 25 años y toda una vida por delante. La noche de reyes de 2018 perdió la vida en las puertas de una discoteca en Medina-Sidonia. Había salido con sus amigos para pasárselo bien, pero un delincuente que estaba de permiso penitenciario le asestó un machetazo en el corazón.
La Audiencia de Cádiz juzga estos días a José Antonio G. S., alias ‘El Perniles’, acusado de matar a Joaquín en enero de 2018. Fiscalía solicita 41 años de cárcel por un asesinato y dos intentos de homicidio. El acusado reconoce ser el autor de la puñalada mortal, pero asegura que lo hizo para defenderse.
El relato de los dos amigos del fallecido pone los pelos de punta. Aseguran entre lágrimas que se le cruzaron los cables, fue al coche a por el machete y se dirigió hacia ellos sin motivo. Esto es todo lo que se sabe de la trágica muerte del joven de 25 años.
La muerte de Joaquín: los hechos
Joaquín Guisado, de 25 años y vecino de Sanlúcar de Barrameda, salió con dos amigos para celebrar el fin de la Navidad en la discoteca Iris de Medina-Sidonia. Primero estuvieron de botellón en un recinto, y luego siguieron la fiesta en la discoteca. Allí es donde tuvo lugar la desgracia, en torno a las dos de la madrugada.
José Antonio ‘El Perniles’, que cumplía pena de cárcel por delitos violentos sin armas, se encontraba de permiso penitenciario. Según los testigos citados por La Voz de Cádiz, provocó a los tres chicos y luego volvió armado con un machete. En la refriega le asestó una cuchillada de un lado a otro del pecho a Joaquín.
El agresor apuñaló a la víctima mortal con una hoja de 45 centímetros y con una fuerza tal que le rompió el esternón. Los otros dos amigos también fueron agredidos, pero lograron sobrevivir y ahora pueden contar lo ocurrido delante del tribunal.
Dos versiones distintas
La Fiscalía pide para José Antonio una pena de 41 años, que la acusación eleva a 55 por el agravante de reincidencia. La defensa pide su absolución alegando enajenación por un trastorno de dependencia del alcohol y las drogas. En el juicio se pueden escuchar dos versiones totalmente distintas.
Los amigos del fallecido aseguran que ‘El Perniles’ les atacó sin motivo alguno tras una breve pelea a las puertas de la discoteca. Según han declarado en el juicio entre lágrimas, salieron a fumar y el agresor les empezó a increpar desde el vehículo. “Nos dijo que éramos unos mierdas y que nos fuéramos de allí”.
Empezó entonces una refriega en la que Joaquín medió para que el acusado se fuera. Pero poco después volvió armado con un machete de campo. “Me apuntaba y decía que quería matarme, nos decía soy ‘El Perniles’ y os voy a matar”, explica uno de los chicos.
'No le dio tiempo a reaccionar'
Según la versión de las víctimas, uno de ellos cogió el gato hidráulico para defender a sus amigos. Pero el agresor ya estaba frente a frente con Joaquín: “No le dio tiempo a reaccionar, le dio de frente de un lado a otro del pecho”. Luego dice que fue a por él, “le empecé a poner las manos pero me tiraba a la cabeza, me rompió los tendones”.
El joven relata que ‘El Perniles’ solo le largó cuando vio que chorreaba sangre. Montaron al herido en el coche y fueron al hospital mientras él repetía “aliger que me estoy muriendo”. “Llegamos al centro de salud y no lo volví a ver más, aquel día también me mataron a mí”, concluye.
El juicio seguirá esta semana con la declaración del resto de testigos. Tras la presentación de las pruebas, el juez que preside la sala ordenará al jurado popular un veredicto. El viernes tendrán que deliberar la culpabilidad o inocencia del acusado.
La versión del acusado: ‘Era o yo o ellos’
Según la versión de ‘El Perniles’, ese día llevaba desde mediodía bebiendo alcohol y consumiendo cocaína: “un gramo y medio”. Primero fue a una barbacoa familiar y luego acudió a algunos bares con su novia. Finalmente fue solo a la discoteca Iris.
Dice que fue entonces cuando se cruzó con los tres chicos, y que se enzarzó con uno de ellos en la discoteca. “Le di dos puñetazos”, asegura, “mientras el otro iba al coche a buscar un gato hidráulico para golpearme”. Asegura que cogió el machete para defenderse: “No quise matar a nadie, era o yo o ellos”.
Tras el asesinato ocultó el cuchillo en el campo y horas después se entregó en el cuarte de Conil. Según dice, “no sabía ni que había muerto nadie”. Pero su versión se contradice con la de las víctimas, y será el tribunal popular quien tendrá que decidir.
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