El 19 de octubre de 2019 tuvo lugar un terrible acontecimiento en Valencia. Un hombre mató a su hermana con 52 puñaladas en el interior de la vivienda que ambos compartían.
Ha pasado más de un año desde que tuvo lugar aquel crimen, pero ha sido hasta este lunes, 8 de marzo, cuando ha empezado el juicio por el homicidio.
Un partido de fútbol desencadenó la agresión
Iván y María vivían juntos, pero los problemas y las discusiones entre ellos eran constantes en su día a día. Fue precisamente una de estas peleas lo que llevó a la mujer a abandonar el piso que compartían, pero regresó un rato después.
Según la declaración del agresor, la víctima volvió borracha al domicilio borracha, alcohol que habría mezclado con medicamentos, cogió un cuchillo y empezó a romper muebles y objetos de la vivienda.
Todo empezó sobre las 16:30 horas en un piso de la calle Ausiás March de Valencia. Iván estaba viendo un partido de fútbol y ella le tiró al suelo televisor para después amenazarle con el arma.
Él logró quitarle el cuchillo, pero ella cogió otro. Fue en aquel momento cuando, supuestamente, el acusado se tiró encima de su hermana y le atestó 52 puñaladas, hasta que vio que la mujer se dejó de mover.
Inmediatamente después de haber agredido a María, él llamó a Emergencias 112 y confesó el crimen. Un terrible acontecimiento que cometió «por miedo».
Así lo ha relatado el autor de los hechos en el juicio que ha empezado este lunes. El fiscal ha acusado a Iván de delito de homicidio, pero contempla las atenuantes de confesión y arrebato.
«Era su vida o la mía»
El agresor ha explicado que no quería matar a María, pero que lo hizo porque temió por su propia vida cuando vio que su hermana le amenazaba con el cuchillo y que no podía reducirla porque «aunque aparentemente era floja, tenía mucha fuerza. Tenía esa necesidad porque creía que mi vida estaba en peligro
A pesar de ello, no recuerda cuántas puñaladas le atestó, solo que lo hizo hasta que el mango de madera del cubierto se partió.
Tras esto, los dos hermanos volvieron a forcejear y él, aunque ella ya estaba desarmada, la siguió agrediendo hasta que llegaron a la cocina.
El acusado cree recordar, porque lo tiene todo «un poco nublado», que la víctima estaba apoyada en un armario de esta estancia, cuando volvió a atacarla.
«Entré en un automatismo, ya no me controlaba, reaccioné instintivamente», ha sido la respuesta que ha ofrecido Iván cuando en el juicio le han preguntado el motivo por el que siguió agrediendo a María si ella ya estaba desarmada. «Ella me seguía increpando. Era su vida o la mía».
El autor del crimen solo dejó de atacar a su hermana cuando vio se quedaba quieta y supo que su vida «ya no estaba en peligro».
Dos denuncias previas
Pese a que Iván ha señalado que cometió el asesinato de María en defensa propia, ya tenía dos denuncias previas por agresiones, una verbal y otra física, a la mujer. Sin embargo, la víctima retiró las dos acusaciones.
El acusado también ha destacado que le había pedido en varias ocasiones ayuda a las autoridades para que metieran a su hermana en un centro psiquiátrico no había tenido éxito. «Cuando se iban los agentes me decía: 'Te voy a hacer la vida imposible. Era un infierno'».
Iván ha aclarado que, a diferencia de su hermana, él no tiene ningún problema psicológico ni psiquiátrico. Ahora, el juicio contra él sigue abierto y se puede enfrentar a una pena de presión por asesinato.