Milagros Leguizamón y Esteban Rocha se dieron el sí quiero el pasado viernes en Ibarlucea (Santa Fe, Argentina). Ahora están fugados de la justicia después de que su enlace acabara con una ensalada de tiros y tres personas muertas. La víctima son una pareja, Iván y Érica, y su hija de un año y medio.
La justicia ha citado a declarar a los novios por presunta pertenencia a una organización criminal que se dedicaba a la venta de droga. Este podría ser el origen del tiroteo desatado contra la familia Giménez Romero. El padre y la niña fueron asesinados a tiros en una emboscada, y la madre apareció calcinada en el coche.
La policía ha abierto una investigación cuya pieza clave son precisamente los novios, que se hallan desaparecidos. La justicia ha ordenado la detención tanto de Milagros como de Esteban al ser considerados en rebeldía. Mientras, los agentes han detenido a varios miembros de esta organización criminal.
Víctimas de una encerrona
Brisa Milagros y Esteban se casaron en la parroquia de San Antonio de Padua el viernes al anochecer, ante la bendición del padre Juan Javier. Los novios se trasladaron en un vehículo despampanante hasta el salón de eventos donde se celebró el banquete. La fiesta, con 150 invitados, se alargó hasta la madrugada.
Una vez acabada la fiesta, Iván y su familia fueron abordados en su coche y brutalmente asesinados. El padre recibió al menos 13 disparos, mientras que el bebé murió con seis impactos de bala. La madre apareció incinerada en el interior del vehículo, en un camino rural a tres kilómetros del evento.
La fiscalía ha confirmado que Iván y Érica estaban siendo investigados por presunto tráfico de drogas. Al parecer, ocupaban un lugar elevado en la escala de su organización, donde se encargaban de distribuir la droga a gran escala. Sus vecinos recuerdan a Iván como “un tipo que echó vuelo y movía mucho dinero”.
La principal hipótesis
Los novios pertenecían a la banda de narcotraficantes liderada por Olga Medina, alias ‘La Tata’. Los fallecidos integraban el grupo encabezado por Leo Rey, que se dedicaba al menudeo de droga en la misma zona. La principal hipótesis es que los novios actuaron de anzuelo para el ajuste de cuentas con Iván y Érica.
Un joven de 19 años invitado al enlace ha admitido ante la justicia haber quemado el coche de las víctimas. Según su versión, salió de la fiesta al escuchar los disparos e intentó llevar a la mujer herida hasta el hospital. Pero se asustó ante la posibilidad de ser detenido, y preso del estado de embriaguez incendió el vehículo.
Por lo que se sabe hasta ahora, los fallecidos salieron por la autopista y fueron emboscados por una camioneta Volkswagen. El conductor intentó huir volviendo al salón, pero justo en la entrada su coche cayó en una zanja. Los ocupantes de la camioneta se acercaron al vehículo, realizaron unos veinte disparos y huyeron.
La versión del fiscal
“Los invitados a la fiesta trataron de auxiliar a las víctimas, que se encontraban dentro del coche con las puertas abiertas y el motor en marcha. Sacaron al padre y al bebé, y los llevaron al hospital más cercano. A la mujer no lograron sacarla del asiento, y trataron de llevarla en el mismo vehículo”, relata el fiscal.
El detenido, que es quien se puso al volante y después incendió el coche, dice que quería ayudar, que estaba ebrio y se asustó. “Iba en un auto con disparos al lado de un cadáver y creyó ver un furgón policial”, dice la fiscalía. Fue entonces cuando tomó la decisión de prender fuego, por lo cual sigue detenido.
Ahora la prioridad de la justicia es encontrar a los novios que se dieron el sí quiero en la boda que acabó en baño de sangre. La cabecilla de su organización y otros miembros ya están detenidos, y afrontan varios procesos judiciales. El fiscal ha confirmado que los fallecidos estaban investigados por narcotráfico.