La dimisión exprés de Pablo Iglesias, anunciada el pasado martes tras conocerse los resultados de las elecciones en la Comunidad de Madrid, ha puesto en apuros a su propia organización política, Unidas Podemos. La formación morada ascendió en número de diputados, de siete a diez, pero Iglesias no quiso aferrarse a este augmento de representación para permanecer en la Asamblea de Madrid. Había fracasado en sus objetivos de liderar el bloque progresista y de impedir un nuevo gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad, lo que le relegaba a un papel muy secundario en el parlamento regional, al frente de la quinta fuerza política y la tercera de la oposición, sin oportunidad de tener incidencia alguna en la política madrileña.
Ante eso, Iglesias decidió anticipar lo que ya avanzó el día 15 de marzo: renunciaba a recoger el acta en la Asamblea de Madrid y también a la secretaría general de Podemos. Ello obliga a un relevo en el partido antes de lo previsto —se pretendía un margen de algunos meses—, que podría llegar incluso antes del verano. Si Yolanda Díaz se perfila como la futura cabeza de cartel electoral al frente de Unidas Podemos, el hecho de que la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo no sea militante de Podemos le impide, en un margen tan estrecho, afiliarse al partido y crear proyecto y candidatura. De esta forma, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, tiene muchos números de asumir la secretaría general de Podemos.
Nuevos liderazgos en Podemos que pueden desplazar a algunas de sus caras más conocidas
Si efectivamente la ministra Belarra coge fuerza como probable secretaria general del partido, deberá empezar a conformar su equipo para comandar la formación. Nuevas caras para el partido, que se encuentra en un momento clave de su historia y que debe empezar a engrasar la maquinaria para las próximas rondas electorales de transcendencia: las elecciones andaluzas de 2022 y las municipales y autonómicas de 2023, con la vista siempre puesta, claro está, en los comicios generals previstos de momento para otoño de 2023.
Para llegar con fuerza a esas contiendas, Podemos no debe tardar a poner en marcha la nueva cúpula, y por ello podría convocarse un nuevo Consejo Ciudadano antes de las vacaciones veraniegas para confirmar los relevos. El adiós de Iglesias, pues, puede tener consecuencias y arrastrar con él a figuras en activo que estén íntimamente ligadas a su liderazgo: si el partido apuesta por la renovación de su cúpula, los dirigentes de la etapa Iglesias corren serio riesgo de quedar apartados de la primera línea y, por consiguiente, ver muy tocada su carrera política.
El futuro de Irene Montero, en la cuerda floja
Son varios los nombres que van ligados a la figura de Pablo Iglesias, entre los cuales podríamos mencionar a Pablo Echenique o a Juan Carlos Monedero, que podrían verse ahora relegados en la formación. Pero no son los únicos. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha ejercido durante los últimos años como lugarteniente de Iglesias, quien además es su pareja sentimental y el padre de sus hijos. Ahora, su futuro político podría quedar en la cuerda floja. Aunque algunas voces apuntan que va a luchar para poder mantenerse en la cúpula del partido, todo está hoy por hoy en el aire.
Aunque mantiene una excelente relación personal con Ione Belarra, lo cierto es que la formación de una dirección renovadora puede fortalecer a Podemos y, por ello, Montero tiene muchos números de 'saltar' de su posición actual. El futuro de la carrera política de la ministra de Igualdad, pues, se complica tras la dimisión de Pablo Iglesias.