El doctor científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) José Luis Gómez-Skármeta, investigador de excelencia en Biología, ha muerto tras varios meses padeciendo cáncer, según ha comunicado la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla.
En su comunicado la UPO ha apuntado que durante sus 29 años de experiencia en investigación Gómez-Skármeta ha publicado 117 artículos y ha sido un referente en los campos de Biología del Desarrollo y Evolución, Genómica Funcional y Epigenómica.
Pedro Duque ha destacado «su pasión por el trabajo y carisma»
Gómez-Skármeta ha desarrollado su carrera laboral en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) -centro mixto del CSIC y la UPO- en el Grupo de Regulación Génica y Morfogénesis, donde se ocupaba de analizar estudios de genómica funcional para comprender el desarrollo, la evolución y las enfermedades genéticas humanas.
Nada más producirse la triste noticia, el dolor ha sido patente entre la comunidad académica en España, entre la que Gómez-Skármeta era un investigador muy querido. El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha querido destacar «su pasión por el trabajo y carisma».
El verdadero objetivo del investigador era «descifrar el lenguaje del ADN no-codificante, esto es, leer la secuencia de ADN y predecir la función» de un 95% del genoma que no se ha podido decodificar a día de hoy. «Nos permitirá entender la regulación de la expresión génica y la organización del genoma, lo que nos llevará a entender las causas de muchas enfermedades, cómo se construye un organismo y entender en gran medida cómo ha operado la evolución».
El 'heavy', la 'religión' de José Luis Gómez-Skármeta
El heavy metal era la "religión" de Gómez-Skármeta: «Son los viernes por la tarde, con una cervecita en mano y los niños jugando, cuando ha finalizado la jornada laboral", decía sobre su gran pasión aparte de la ciencia.
Hace tan solo dos meses y con la enfermedad ya diagnosticada, Jose Luis seguía trabajando en la investigación: «Me gusta mi trabajo, me ilusiona y disfruto con lo que hago. Siempre me ha gustado volver los lunes al laboratorio. Es el único fin que tiene para mí la ciencia, disfrutar descubriendo. Y, si es posible, además, que mi trabajo tenga también alguna utilidad y repercusión científica relevante para la sociedad», sentenciaba.