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Iker Jiménez aporta en directo 6 secuelas desconocidas del coronavirus

'Horizonte. Informe Covid' contó con la colaboración de expertos que explicaron las consecuencias tras padecer la enfermedad

Como cada semana Iker Jiménez volvió a Telecinco con su programa 'Horizonte: Informe Covid' para abordar las últimas informaciones sobre la pandemia que estamos viviendo. El presentador de 'Cuarto Milenio' volvió a liderar en prime time con su especial sobre la crisis sanitaria, pero esta vez contó con la colaboración de algunos expertos en la materia que trataron las secuelas que deja la enfermedad.

Mucho se ha hablado sobre las consecuencias que el virus provoca en nuestro organismo. Secuelas que pueden llegar a ser muy graves y que lo dañan a pesar de haber pasado la enfermedad sin apenas síntomas. La investigación sobre qué ocurre en nuestro cuerpo se extiende por todos los países y la primera en explicar los resultados de su estudio fue la directora de neurología del hospital Anderson de Houston.

«Dependiendo de los estudios, alrededor del 20% tienen síntomas neurológicos, como puede ser dolor de cabeza, pérdida de olfato o del gusto. Luego, pueden desarrollar en un porcentaje más bajo, alrededor del 1%, otras severidades como ictus. De los enfermos que requieren hospitalización, no sabemos mucho» ha explicado la experta poniendo de relieve las tremendas secuelas que el virus deja cuando este ha llegado al cerebro.

Secuelas neuronales

Siguiendo con su explicación, el daño neurológico es la secuela más presente. Una vez que el virus ha invadido nuestro organismo, este ataca de manera severa al cerebro provocando la posibilidad de padecer «a corto plazo» enfermedades neurodegenerativas. «Se observa que hay un componente de inflamación crónica y se produce daño a las neuronas por vía inflamatoria» ha señalado.

Para reforzar esta teoría, el programa presentado por Iker Jiménez se puso en contacto con María Eugenia Díez, técnico en cuidados auxiliares de enfermería y técnico superior de anatomía patológica y citología y que además ejerce como coordinadora del Colectivo Covid-19 encargado de seguir la evolución de los pacientes infectados que continúan presentando síntomas tras ser dados de alta.

Esta trabajadora sanitaria contrajo la enfermedad dando positivo durante 26 días. Sus síntomas no encajaban del todo pues padecía, además de los conocidos, visión borrosa. Ahora, una vez pasada la enfermedad, lo que más le preocupa es las secuelas a nivel neurológico que le han quedado. «He perdido capacidad de memoria y era muy activa, pero ahora no puedo leerme un libro, porque no lo asimilo. Confundo palabras y objetos. El tema neurológico es el que más me preocupa» confesaba a Iker Jiménez.

El director de la Unidad de Ictus en el servicio de Neurología del Hospital de Albacete, Tomás Segura expuso desde su punto de vista profesional que el cerebro, por seguridad, tiene un sistema de 'cierre' para evitar que «tóxicos o fármacos» penetren en él. Sin embargo, el Covid-19 logra romper esa barrera.

Otras consecuencias de contraer el coronavirus

Dejando a un lado las secuelas que el virus deja en el sistema neurológico, otros expertos, como César Carballo, convidados al programa también pusieron sobre la mesa otras consecuencias que sufren los pacientes tras haber sido contagiados. «Una de las secuelas más importantes es la disnea o sensación de falta de aire en algunos pacientes tras ser dados de alta» explicó el adjunto de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal.

Teniendo siempre como referencia el daño que produce el virus en el cerebro, a esto se le atribuye la reducción de la fuerza muscular y el déficit de la función cardíaca muy común en los pacientes que han pasado la enfermedad.

«La Covid-19 conlleva una gran variedad de síntomas que pueden cambiar con el tiempo y afectar cualquier sistema corporal» ha señalado Tomás Segura. Los expertos señalan que la principal causa de las complicaciones posteriores se debe a la «tormenta de citoquinas», acción que se produce en el organismo mediante el cual crea una inflamación del sistema inmunitario para tratar de reparar el daño celular.

Si esta inflamación se produce en el cerebro, acaba provocando una encefalitis cuya consecuencia es la ruptura de la barrera hematoencefálica — lo que evita que agentes tóxicos entren en el cerebro— que derivaría en graves secuelas neurológicas.