Pablo Iglesias, en su escaño del Congreso de los Diputados.

Pablo Iglesias recibe su propia medicina por parte de Gabilondo y Pedro Sánchez

El candidato socialista en Madrid rechazaba este lunes pactar con «este Pablo Iglesias»

La campaña electoral en Madrid ya está en marcha aunque su arranque oficial esté previsto para el próximo 18 de abril. Con la vista puesta en los comicios del 4 de mayo, los candidatos ya han comenzado la promoción de buena parte de sus promesas y han dado inicio, con más volumen e intensidad, al típico juego de declaraciones y contradeclaraciones, que ya domina el escenario político en Madrid y en el resto de España.

Ángel Gabilondo rechaza un acuerdo con Pablo Iglesias

En este contexto, este lunes se producían unas declaraciones sorprendentes por parte de Ángel Gabilondo, el candidato del PSOE a las elecciones regionales. Gabilondo sorprendía anunciando que no pactaría «con este Iglesias», a quien le afeaba su «planteamiento radical y extremista». «Yo no quiero confrontación y extremismo», afirmaba el cabeza de cartel de los socialistas madrileños, que se sinceraba y aseguraba su deseo de «ser claro planteadas las cosas como están planteadas». En cambio, Ángel Gabilondo se abrió a pactar con Más Madrid y con Ciudadanos.

El líder del PSOE en Madrid apuesta por formar «un espacio plural y abierto» que, a su criterio, pasa por el acuerdo con las formaciones lideradas por Mónica García y Edmundo Bal. Gabilondo recordó que esta ya fue su apuesta en 2019, cuando se proclamó vencedor de las últimas elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid con 37 escaños, por encima de los 30 que consiguió el PP de Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, Ciudadanos apostó por dar apoyo a los populares y acceder a un Gobierno madrileño que se puso en marcha gracias al apoyo parlamentario de Vox.

Con estas palabras, Pablo Iglesias recibía un inesperado golpe por parte del PSOE pocos días después de anunciar que será el candidato regional de Unidas Podemos. Iglesias hacía público el lunes de la semana pasada, ante la mayúscula sorpresa de toda España, que próximamente va a presentar su dimisión como vicepresidente segundo del Gobierno, cediendo el cargo de mayor rango de Unidas Podemos en el ejecutivo a la actual ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Aunque, según Iglesias, Pedro Sánchez había sido informado previamente de la decisión, lo cierto es que su adiós fue una noticia inesperada para buena parte del Gobierno y en especial del PSOE.

Codazo de Sánchez a Iglesias a través de Gabilondo

Con el inicio de su batalla por la presidencia de la Comunidad de Madrid, Iglesias recibió este lunes un codazo inesperado de Ángel Gabilondo con sus declaraciones excluyéndolo de un eventual Gobierno liderado por los socialistas. De esta forma, Unidas Podemos queda en una situación de aislamiento en la Asamblea de Madrid del próximo mandato: fuera de un ejecutivo liderado por el PSOE, que apuesta por pactar con Más Madrid y Ciudadanos; y fuera por supuesto de un gobierno de derechas, la coyuntura relega a Unidas Podemos a un papel meramente testimonial en la próxima legislatura madrileña.

En este sentido y de ser inamovibles las palabras de Ángel Gabilondo, es prácticamente indiferente el resultado que obtenga Pablo Iglesias, a quien por ahora las encuestas auguran una subida, pero muy leve —la media en estimación de voto de los últimos estudios demoscópicos le situan alrededor del 9% de los sufragios. Mantenga los siete escaños actuales o consiga algunos más, Iglesias no tiene nada que hacer si el PSOE, quien liderará el bloque de izquierdas con toda probabilidad tras el 4 de mayo, decide no contar con Unidas Podemos, tal y como aseguraba Ángel Gabilondo.

Y un papel residual de Iglesias en la Asamblea de Madrid podría traducirse o bien en el final de su carrera política por la vía de su dimisión, o bien que se quedara como diputado y líder de Unidas Podemos en la cámara vallecana, asumiendo un protagonismo muy secundario durante la próxima legislatura —en lo que sería, sin duda, una decisión sorprendente procediendo del más alto nivel político, la vicepresidencia segunda del Gobierno. Las palabras de Gabilondo, pues, suponen un escollo más al líder de Unidas Podemos, que ve como Pedro Sánchez, a través del candidato madrileño le envía una pulla de lo más contundente.

Ábalos, el 'poli bueno' del PSOE ante Iglesias

Como en todas declaraciones planificadas en campaña electoral, la jugada es clara: debe lanzarse un mensaje contundente, pero dejar abierta la puerta a la ambigüidad para poder rectificar más adelante, si es necesario. Si Gabilondo necesitara a Iglesias para formar Gobierno en Madrid, recurriría por supuesto a él, y es por ello que ayer era necesario un matiz a sus declaraciones para no cerrarse la puerta a sí mismo en caso de que la aritmética electoral permita un ejecutivo progresista en Madrid —algo, hoy por hoy, poco probable según todas las encuestas.

El papel de 'poli bueno', de dejar la puerta entreabierta, lo jugó el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, que es además el secretario de Organización del PSOE. «Son declaraciones del candidato, que tiene todo el derecho y toda la confianza para definir sus ideas y preferencias», dejaba claro Ábalos tras las palabras de Gabilondo, sin desmentirle pero señalando que era una mera reflexión a título individual. «El PSOE no ha abordado esta cuestión», remataba el secretario de Organización de los socialistas, permitiendo así un futuro viraje de Gabilondo en el caso de que fuera necesario.

Ábalos aprovechó para subrayar la «experiencia positiva» que, a su juicio, es el gobierno de coalición, evitando así una polémica dentro del ejecutivo. Golpe controlado, pues, del PSOE a Pablo Iglesias, que recibe el primer correctivo por parte de Pedro Sánchez a través de un Ángel Gabilondo que 'amenaza' con aislarle en la próxima legislatura. Madrid está ya en plena campaña.