Imagen de un camarero con mascarilla sirviendo las mesas de una terraza

Bares y restaurantes de parte de España reciben un nuevo jarro de agua fría

Sigue siendo el sector más golpeado por las restricciones

Imagen de un camarero con mascarilla sirviendo las mesas de una terraza
Los bares en Catalunña seguirán cerrados 15 días más   | GTRES

Las comunidades autónomas siguen viendo como la evolución de la pandemia sigue siendo preocupante pese a las estrictas medidas y restricciones que se han tomado en las últimas semanas. Aquellas que las tomaron antes empiezan a ver algunos efectos positivos y es por eso que de momento no se plantean un posible relajamiento de las mismas. 

Es el caso de Cataluña que ya habría decidido mantener al menos 15 días más sus duras restricciones, entre las que se incluyen el cierre total de la restauración y la hostelería, además de limitaciones en el comercio o el confinamiento perimetral los fines de semana. Así lo habría explicado, en una entrevista a 'Rac1, el secretario de Salut, Marc Ramentol que también confirmaba que la comunidad catalana alargará su toque de queda, que es de 22 a 06 horas, hasta el próximo 23 de noviembre

El departamento de Salut sigue defendiendo la necesidad de mantener el cierre de bares y restaurantes, además de el parón en la actividad deportiva y la prohibición de salir del municipio sábados y domingos. Sobre estas medidas, Ramentol ha indicado que desde su aprobación «han impactado positivamente en los datos». Pese a ello, ha insistido que «seguimos en crisis epidemiológica», razón por la que ahora mismo «no podemos prescindir» de este tipo de restricciones

La tendencia sigue siendo al alza aunque sea lentamente

Aunque, según las últimas cifras facilitadas por la Generalitat, los indicadores de contagio y transmisión en la comunidad catalana siguen en una cierta tendencia negativa, Salud quiere dejar claro que todavía no se ha superado el punto álgido de la segunda oleada. El secretario general ha vuelto a recordar que la curva «sigue creciendo, aunque lo haga a un ritmo más lento». 

Según lo publicado por el gobierno catalán,  el conocido como riesgo de rebrote ha sufrido un descenso de 27 puntos y se ha situado en 670 puntos. A su vez, en las últimas horas la tasa de contagio, la famosa 'r' que marca el número de personas que contagia cada contagiado, ha bajado una centésima, llegando al 0,92 y manteniéndose de lo requerido, debajo de 1.

El departamento de Salut también ha querido vaticinar que tienen previsto que a finales de esta semana se registre el pico de presión asistencial de la segunda oleada de coronavirus en los hospitales de Cataluña. Aunque el número máximo de contagios se superó la semana pasada, los ingresos de pacientes con Covid-19 en los centros hospitalarios catalanes siguen al alza, pese a que la evolución respecto a días anteriores es más lenta.

La Sagrada Familia responde a la polémica sobre el acto con más de 600 personas

Mientras, sectores como la cultura o la restauración, como pasa en el resto de España, siguen protestando por un cierre que los sigue llevando a la quiebra. Algunos hosteleros hacían ver su enfado lanzando pintura contra la fachada de la Generalitat. Y muchos se sentían indignados por lo vivido este pasado sábado en la Sagrada Familia, donde una beatificación, aunque se respetaban las medidas sanitarias y de distanciamiento legales, acogió a más de 600 personas. 

Sobre este asunto  el presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, ha insistido que se cumplió estrictamente con toda la normativa. Ha tachado de «sorprendente» la queja de la Generalitat cuando al acto asistieron dos representantes acreditados. «Perdone, yo no los fui a buscar», ironizaba en declaraciones a Radio 4 y La 2.

Este ha querido evitar cualquier comparación con otros sectores o lugares como un teatro. Ha dejado en el aire cuál tiene 60 metros de altura y las ventanas abiertas mientras se produce un evento. También ha dejado clara su opinión sobre la limitación a 100 asistentes, explicando que es suficiente para la mayoría de las ceremonias religiosas, pero que no bastará para la ceremonia de entrada del nuevo obispo auxiliar, que se debería celebrar el próximo 22 de noviembre.