El último sobresalto con el virus nipah (VNi) fue en 2018, cuando la OMS declaró la alerta por un brote que provocó la muerte de 18 personas en Kerala, India. Sin embargo, el doctor Jonathan Epstein, que lleva años estudiando este virus, publica ahora nuevas informaciones que llaman la atención sobre un virus «más extendido de lo que parece».
En un artículo publicado en la revista científica PNAS, el vicepresidente de ciencia y divulgación de EcoHealth Alliance advierte que este virus circula en murciélagos que comen fruta en partes de Asia, pero que puede extenderse a otros lugares.
En «Dinámica del virus nipah en murciélagos e implicaciones del salto en humanos», explica que el VNi «circula regularmente en murciélagos grandes que comen frutas en muchas partes de Asia» pero que, «sin embargo, los brotes en humanos solo ocurrirían donde hay una ruta posible de transmisión, por lo tanto el riesgo no se limita a la geografía sino al comportamiento humano».
Los brotes de este virus suelen ocurrir dentro de lo que se conoce como el «cinturón de Nipah», que se extiende a lo largo de la frontera occidental de Bangladesh con la India. Sin embargo, se ha descubierto que los murciélagos de todo Bangladesh tienen patrones relativamente similares de infección por el virus.
El doctor Epstein llama la atención sobre la peligrosidad de este virus, que hace algunos años comparó con el ébola, y la necesidad de estar atentos: «Es letal en tres cuartas partes de las personas que infecta, por lo que tenemos que prestarle mucha atención y hacer todo lo que podamos para prevenir los brotes».
El virus nipah es un pariente lejano del sarampión contra el que no existe vacuna ni tratamiento eficaz. La infección de este virus provoca la inflamación del cerebro que puede dejar en coma al paciente. Por eso está identificado por la OMS como uno de los patógenos prioritarios en la investigación y desarrollo de vacunas.
¿Cómo se contagia?
El patrón de contagio es muy similar al de otros virus como por ejemplo el coronavirus: los brotes se relacionan con el consumo de savia cruda de palmera datilera y pasa de murciélagos infectados a los humanos a través de un huésped intermedio, como pueden ser los animales domésticos como los cerdos.
Un dato interesante es que de las ocho colonias de murciélagos estudiadas en Bangladesh entre 2006 y 2012, los investigadores encontraron anticuerpos de VNi en cada una de ellas. En una de esas colonias, estudiada durante seis años, los brotes ocurrían cada dos años, el tiempo que tardan estos animales en perder la inmunidad colectiva.
Cuando existe una vía de transmisión disponible es relativamente sencillo que el virus pase de los murciélagos a los humanos, y se extienda así hacia otros países. «Descubrir que los murciélagos portadores del virus nipah pueden infectarse en cualquier lugar y en cualquier época del año significa que debemos prestar más atención en áreas donde es posible que no se hayan informado brotes del virus anteriormente», afirma Epstein.
Según él, «tenemos que asegurarnos de que no nos estamos perdiendo pequeños brotes que podrían conducir a otros mayores». Por eso, aunque ahora mismo no es una alerta mundial, las autoridades sanitarias, y científicos como el doctor Epstein, recomiendan tomar todas las precauciones posibles para mantenerlo a raya.
Según el estudio, las diferencias genéticas en el virus pueden afectar a la gravedad de la enfermedad o la transmisibilidad. Mientras, el doctor Epstein sigue investigando a la espera de que aparezcan novedades sobre este peligroso virus.