La tercera ola de coronavirus que tanto temían los expertos ya está aquí y ha llegado a los hospitales españoles cuando todavía no se habían vaciado de pacientes de la segunda ola. La Comunidad Valenciana es una de las regiones con más tensión hospitalaria actualmente debido al fuerte aumento de casos de las últimas semanas, y ya empieza a notar una presión asistencial que podría obligar a elegir a qué pacientes tratar si no mejora la situación pronto.
Cabe recordar que el último informe de Sanidad, del 31 de diciembre, mostró que la Comunidad Valenciana es la región española con mayor número de camas de hospital ocupadas por pacientes con Covid-19, con un 16,12% del total, lo que significa que había 1.895 personas ingresadas, unos datos que han seguido subiendo en los últimos días.
Además, las UCI están al 29,25% de su capacidad, con 306 personas ingresadas, siendo la segunda autonomía con peores datos por detrás de Cataluña, que supera el 34%. Estos datos —que son de hace cuatro días, y por lo tanto se prevé que en el informe de este lunes sean mucho peores— han llevado a la comunidad a su peor momento epidemiológico de toda la pandemia, desde marzo, superando récords de la primera ola.
Saturación en los hospitales valencianos
Los responsables de los principales hospitales de la Comunidad han hecho un llamamiento a la población y a los políticos para que todo el mundo ponga de su parte para evitar que la situación siga empeorando, porque el personal médico empieza a ver que «comienza a morir gente por no poderles atender ni ciudar como profesionalmente deberíamos. El porcentaje de sanitarios contagiados crece y cada vez tenemos menos recursos humanos para atender en condiciones», como destacan profesionales del San Francesc de Borja de Gandía, una de las zonas más afectadas de toda la región.
Los sanitarios avisan de que muchas plantas dedicadas a pacientes de Covid-19 ya están al máximo, que los Servicios de Urgencias no pueden atender a la creciente llegada de enfermos y que las UCI están cada vez más llenas de personas con coronavirus, lo que implica que cada vez hay menos sitio en los hospitales para personas con otras enfermedades.
El Hospital de la Ribera, en Alzira, es uno de los que presenta una situación más complicada actualmente. El centro tiene ya tres plantas dedicadas a pacientes con Covid-19 y su personal médico cuenta cada vez con más enfermeros contagiados. Una de las plantas del hospital para enfermos de Covid-19, por ejemplo, tiene 40 enfermos ingresados y solo dos enfermeras para cuidar de ellos, lo que se convierte en una sobrecarga de trabajo y que el personal no pueda atenderles correctamente.
Desde el centro advierten que «ante una urgencia hay que elegir a quién salvas. No se puede atender a la gente como mínimamente se merece. Cuando el ratio dice que hay que llevar un máximo de 12-14 por noche. Los quirófanos no han parado y hay sitios que dan 17 altas y ese mismo día ingresan otros 17. Tasa de ocupación siempre 100%. Las 3 plantas completas de Covid son alrededor de 70 pacientes. Falta material como oxigenoterapia de altos flujos».
Una situación que se repite en Gandía, donde achacan el aumento de casos a las Navidades y las reuniones sociales y familiares, y en Xàtiva, donde la incidencia ya roza los 1.300 casos por cada 100.000 habitantes. Sus trabajadores, de hecho, han avisado a las autoridades que dentro de una semana no podrán aceptar a más pacientes por la imposibilidad de atenderlos.
La situación en los centros de Atención Primaria tampoco es mucho mejor, con las Urgencias saturadas de pacientes, y las residencias de gente mayor reportan cada vez más brotes y con más contagios, superando los 50 casos en muchas de ellas. Ante estos números, los centros y las residencias se ven obligados a pedir más personal que trabaja también más horas, con el consiguiente desgaste.
La dirección del hospital Virgen de los Lirios de la ciudad de Alcoy ha alertado que «la Atención Primaria está desbordada y en el hospital, se ha saturado la tercera planta y casi llena la cuarta», lo que se ha traducido en una de las peores decisiones a las que los sanitarios deben enfrentarse en su línea de trabajo: elegir a qué pacientes ingresar.
«Intentemos dar el mayor número de altas posibles y el menor número de ingresos. Necesitamos disponer de camas libres para afrontar los próximos días, que pueden ser muy duros. Los números de Covid ingresados superan a los de la primera ola y en la calle hay muchos infectados y tres residencias de ancianos afectadas», alertan desde el centro.
Los demás servicios no-Covid de los hospitales también se están viendo ya afectados por esta situación, y se ha pedido reducir al mínimo la actividad quirúrgica, manteniendo únicamente urgencias y procedimientos oncológicos no demorables.