Tomás Gimeno y sus hijas Anna y Olivia

Hallan restos de sangre en el barco de Tomás, el padre desaparecido con sus dos hijas

El progenitor de las pequeñas de 1 y 6 años llamó a la madre para decir que nunca iba a volver a ver a las menores

Nuevas pistas ante la desaparición de Tomás Antonio Gimeno Casañas, junto con sus dos hijos. Este viernes la Guardia Civil ha hallado restos de sangre en el barco del progenitor. Barco que fue avistado por última vez antes de que se produjese la desaparición en Tenerife. Momento en el que no estuvo acompañado por sus dos hijas, de 1 y 6 años, situadas también actualmente en paradero desconocido.

Posible caso de violencia machista

Por el momento, todo apunta a un posible caso de violencia machista contra la madre de las pequeñas. Tomás, el padre de las niñas y ex pareja de la madre, la llamó momentos antes de que se produjesen los hechos para avisarla de que no las volvería a ver. Rápidamente la madre se personó en la comandancia para comentar lo ocurrido y denunciarlo.

Los restos localizados en la embarcación están siendo analizados para esclarecer a quién pertenecen, tal y como se le ha informado a ‘Efe’.

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En esta misma línea, el juzgado de instrucción ha enviado un requerimiento a varios bancos para comprobar finalmente si el padre de las niñas, Gimeno Casañas, pudo realizar algún movimiento antes de la inesperada desaparición.

Contacto con la madre

Tenerife está consternado ante lo ocurrido en estos días y que por el momento no se tiene constancia del rastro de las pequeñas de 1 y 6 años.

Por su parte, el padre llamó a la madre para decirle claramente que no las volvería a ver.  Una llamada que se volvería a repetir a las 2:00 horas de la madrugada con el objeto de volver a repetirle que no volverá a ver a ninguno de los tres, ni a Olivia ni a Anna; ni tampoco a él.

Lo cierto es que aquella misma madrugada, antes de poner rumbo, el progenitor envió unos whatsapp de despedida tanto a sus padres como a algunos amigos.

A la mañana siguiente, cuando el padre de Tomás pudo leer los mensajes recibidor por su hijo, acudió sin pensarlo a la Guardia Civil para intentar solicitar ayuda. Al conocer la noticia, algunos agentes se personaron en el domicilio del padre de las niñas, pero allí no estaba. Entonces hicieron un registro de la casa y hablaron con los vecinos del lugar.

Algunos vecinos de los aledaños le definen como una persona correcta, educada con el resto, aunque tampoco llegó a mantener una conversación extendida con ninguno de ellos.

Una noche en vela

Al recibir la llamada del progenitor, la madre de las niñas interpuso una denuncia ante la Guardia Civil alertando que su expareja le llamó para anunciarle que no iba a verlas más, ni a él tampoco.

Son muchas las incógnitas las que quedan por resolver, un país entero en vilo ante la desaparición que la madre nunca llegó a imaginar, puesto que fuentes cercanas afirman que la relación entre los dos, a pesar de su separación, no era mala.

Igualmente, fuentes de la investigación insisten en que hay distintas líneas de investigación abiertas y por ahora no se descarta ninguna hipótesis.

De la misma manera, Rafael Pérez, secretario de Estado de Seguridad, en una entrevista proporcionada a Canal 24 horas, ha comentado ligeramente la situación sobre la aparición de restos biológicos en la embarcación que "hay que dejar trabajar" al equipo encargado de llevar a cabo la investigación del caso y al juzgado. También ocurriría lo mismo en relación con la silla infantil hallada flotando en el mar.

El secretario también se ha ocupado en señalar que desde que se recibió la denuncia interpuesta por la madre de las pequeñas, rápidamente se determinó que se trataba de un caso de desaparición de investigación prioritaria con respecto al resto de asuntos.