“No tenemos palabras, ahora tenemos que saber el cómo y el por qué”. Son las primeras reacciones de la familia de Juana Canal, la mujer desaparecida hace 19 años en Madrid que acaba de aparecer muerta. La noticia ha cogido por sorpresa al entorno de la mujer después de tanto tiempo.
Ana María Canal, hermana de Juana, ha confirmado el hallazgo sin vida de la mujer. “Mi queridísima hermana”, ha publicado, “ya encontraste tu escalera al cielo, espérame allí y volveremos a cantar juntas para siempre”. Ahora queda saber cómo murió Juana y cerrar este misterioso caso.
Juana Canal desapareció la mañana del 22 de febrero de 2003 de forma muy extraña. Su hijo Sergio encontró al llegar a casa una nota escrita por la pareja de Juana, pero no había ni rastro de la mujer. La han estado buscando sin descanso durante todos estos años, hasta que finalmente ha aparecido.
Una nota y dos desapariciones
La Policía Nacional ha confirmado el hallazgo del cadáver de Juana Canal en Ávila, a 80 kilómetros de donde desapareció. Hace casi veinte años que se perdió su rastro tras haber tenido una discusión con su novio Jesús. Un testigo la sitúo en un bar de intercambio de parejas, pero nunca pudieron probarlo.
La mañana del 22 de febrero de 2003, el hijo de Juana llegó a casa después de haber pasado la noche fuera. Su madre no estaba, pero encontró una nota manuscrita de su pareja. “Tu madre y yo hemos tenido una fuerte discusión y ha salido corriendo, he salido a buscarla pero no la encuentro”.
Desde entonces no volvieron a saber nada más de ese hombre, y Juana ha estado hasta ahora en paradero desconocido. La policía exploró todas las posibilidades posibles, desde un suicidio hasta una fuga o un crimen de género. Veinte años buscando respuestas hasta hoy.
Muchas preguntas por resolver
La familia ha recibido la noticia con mucho dolor, pero también con alivio después de tantos años de sufrimiento. “Al menos tenemos el descanso de no ir por la calle, de buscarla y buscarla, de caminar y parecer que la ves en cualquier parte!. Así lo expresaba su hermana Ana María.
La familia ha asegurado que no descansarán hasta encontrar todas las respuestas sobre la muerte de la mujer. Juana tenía 38 años y dos hijos de una relación anterior. Su matrimonio se rompió, pero encontró la ilusión de seguir viviendo con un nuevo trabajo que la llevó hasta Ciudad Lineal (Madrid).
El hallazgo del cadáver es sin duda un punto de inflexión en la investigación, pero quedan por resolver muchas preguntas. Tendrán que esclarecer si Juana murió por causas naturales, si se quitó la vida o si fue objeto de una muerte violenta. También habrá que saber cuándo murió y en qué circunstancias.
Un pasado difícil
El difícil pasado de Juana llevó a la policía a pensar más en una fuga voluntaria que en una muerte violenta. Según su hermana, “había tenido episodios dolorosos como problemas con el alcohol, ansiedad, depresión”. Los había superado, pero la juzgaban porque “no era una madre convencional”.
Sin embargo, adoraba a sus hijos y a su familia, y en el entorno nunca cuadró mucho la idea de una fuga voluntaria. “Jamás se iría por propia voluntad”, decían. Pasaron meses y años junto al teléfono esperando una llamada, pensando que quizás se había ido por un arrebato y tarde o temprano se arrepentiría.
Pero esa llamada no llegó, y sus familiares reconstruyeron los últimos pasos para conocer toda la verdad. A través de algunos contactos la situaron en el barrio del Pilar, pero no había pistas fiables. Fuentes policiales apuntaban a un bar de intercambio de parejas al que pudo acudir después de su desaparición.