La muerte de un joven en una piscina de Marbella empieza a quedar más clara para los investigadores. La víctima, de nacionalidad sueca, fue hallada el pasado fin de semana flotando sin vida en una piscina.
En un primer momento, todo apuntaba a que la causa de la muerte habría sido un ahogamiento o una rotura de cuello. Una de las teorías era que hubiera practicado la temida práctica del 'balconing', tan popular entre los turistas. Esta práctica consiste en saltar desde los balcones de sus habitaciones hasta la piscina del hotel en el que se alojan.
Pero la autopsia y el informe forense que se practicaron sobre la víctima han revelado que ninguna de esas hipótesis era cierta. El joven murió por un edema pulmonar vinculado al consumo de óxido nitroso, conocido popularmente como 'gas de la risa'.
Además, se encontraron otras sustancias en su organismo, consumidas probablemente durante la celebración de una despedida de soltero. La Policía Nacional ha confirmado que se descarta la implicación de terceras personas en su muerte y han cerrado el caso.
El joven inhaló gas de la risa
Los hechos ocurrieron el pasado fin de semana en una villa de lujo de Río Real, en Marbella (Málaga). Al parecer, un grupo de jóvenes estaban celebrando una despedida de soltero.
En un momento dado, el grupo de amigos vio que uno de ellos estaba inconsciente y flotando sobre la piscina. Rápidamente sacaron a la víctima, de 26 años, del agua e intentaron reanimarle sin éxito mientras llamaban al 061.
El servicio de Emergencias envió a los sanitarios al lugar de los hechos, que lograron sacarle de una parada cardiorrespiratoria. Aun así, su estado era muy grave y a los pocos minutos volvió a sufrir otra parada y terminó falleciendo.
En un principio se barajaba el ahogamiento como principal hipótesis de su muerte. Finalmente, la autopsia ha confirmado que el joven había consumido gas de la risa.
Dos muertos y varios heridos por gas de la risa
Con la muerte de este chico de 26 años ya son tres las víctimas de esta droga en los últimos meses en la Costa del Sol, dos de ellas mortales.
La otra muerte por el consumo de esta sustancia se produjo el pasado mes de mayo, también en Marbella capital. En esta ocasión fue un chico de 23 años quien había consumido esta droga.
Los bomberos hallaron su cuerpo después de que su familia denunciase que no sabían nada de él. Junto al cuerpo se encontraron varias cápsulas de este gas y un sifón que sirve para poder aspirarlo. Según la autopsia, el joven murió asfixiado con un trozo de papel que tenía en la boca mientras aspiraba.
En junio se han notificado varios casos de consumo de esta droga con consecuencias para los jóvenes, aunque ninguna mortal. La primera de ellas fue una menor de edad que había consumido gas de la risa y alcohol.
La mezcla de ambas sustancias hizo que la joven saltase de un coche en marcha en mitad de la A-7. Tras hacerlo, se arrojó por un puente. La chica tuvo que ser hospitalizada.
Otro joven, en este caso de 30 años, sufrió un episodio similar tras consumir gas de la risa. El varón saltó desde un tercer piso después de haber inhalado gas. Como consecuencia de esto quedó ingresado en estado crítico.
El consumo de esta droga se ha popularizado en los últimos meses en la Costa del Sol, según alerta la Policía Nacional. Se trata de un gas utilizado mayoritariamente por dentistas, y en pequeñas cantidades, como anestésico para operaciones. También tiene usos industriales en repostería o el sector de la estética.
Una de las principales razones por las que se ha hecho tan popular entre los jóvenes es que es relativamente barata. Cada dosis puede costar entre tres y cinco euros. Su consumo, además, produce un efecto de embriaguez y de felicidad, lo que anima a los jóvenes a seguir consumiendo.
En esas situaciones, el consumo sin control de este gas puede producir lesiones y alteraciones en el sistema nervioso, entre ellas delirios. Eso explica que dos de los jóvenes afectados saltasen de un tercer piso y de un coche en marcha, entre otros casos.
Si además se combina su consumo con alcohol, los efectos se ven potenciados y las consecuencias pueden ser incluso peores.