No cabe duda de que el dinero en efectivo cada vez se usa menos. La aparición de múltiples formas de pago en línea y el coronavirus han favorecido este escenario donde predominan los métodos de pago sin contacto.
Cada vez es más común pagar con los dispositivos electrónicos, los cuales facilitan el no tener que llevar ni dinero, ni la cartera encima. Usar el móvil, el reloj inteligente o incluso las ya instauradas criptomonedas como método de pago forma parte del día a día de la sociedad.
A pesar de ello, son muchos los que aún deciden acumular dinero "bajo el colchón". Sobre todo las personas más mayores, que no tienen la tecnología por la mano y prefieren tener "dinero bajo el colchón" por si tienen algún imprevisto.
Sin embargo, también los hay que prefieren guardarlo en casa antes de dejarlo en manos de entidades bancarias. Así lo sienten más seguro.
Cuidado con el dinero en efectivo
Sea cual sea el motivo, lo que se debe tener claro es que ese dinero no está sujeto a una legislación diferente. No hay ninguna ley que impida guardar el dinero en tu hogar, pero sí que es cierto que debe estar correctamente declarado.
La Agencia Estatal de Administración Tributaria tiene acceso a toda información que implique el uso de billetes de 500 euros. Pero no solo eso, también a todos los ingresos que se hagan en cuenta iguales o superiores a 3.000 euros.
En caso de que se dé esta situación, los bancos informan inmediatamente de la operación a Hacienda y esta decide si abrir o no una investigación. El objetivo de la Agencia Tributaria vigilando estas operaciones es evitar fraudes y actividades ilícitas que se puedan haber llevado a cabo para obtener ese dinero.
Para que el contribuyente no tenga ningún tipo de problema con la administración, lo único que debe hacer es declarar ese dinero en su Declaración de la Renta del año correspondiente. Para ello, la persona solo deberá aclarar el origen de ese dinero: si es por rendimiento de trabajo, de actividades económicas o de capital mobiliario o inmobiliario.
Nueva ley contra el fraude
Este último verano entró en vigor la Ley 11/2021, del 10 de julio como herramienta para luchar contra el fraude. De 2.500 euros pasan a ser 1.000 euros la cantidad límite general de pagos en efectivo dado que, de acuerdo con el redactado de la ley, el uso del efectivo "facilita notablemente los comportamientos defraudatorios". Esto será así cuando una de las partes que intervengan en la operación es un empresario o un profesional.
No obstante, el citado importe será de 10.000 euros o su contravalor en moneda extranjera cuando el pagador sea una persona física que justifique que no tiene su domicilio fiscal en España y no actúe en calidad de empresario o profesional.
Incumplir estos límites conllevará sanciones. Tal y como recoge el Banco de España en su página web, cuando el pago sea superior a 1.000 euros, la multa será del 25% de esa cantidad en la que se supere el límite, y tendrá que ser abonada de forma solidaria entre el pagador y el receptor de ese dinero.