Gustavo Escaño Báez, cabo de la Guardia Civil de 43 años, ha muerto este fin de semana en un trágico suceso en Torremolinos (Málaga).
El agente estaba fuera de servicio cuando sufrió una avería en el coche y tuvo que apearse del vehículo. Estando en el arcén fue arrollado por un tráiler.
El siniestro ocurrió el sábado por la mañana en la AP-7, a la altura de la localidad malagueña de Torremolinos. El agente fallecido era natural de Málaga, aunque residía en Benalmádena. Era un guardia civil muy querido por sus compañeros, y la noticia de su fallecimiento ha causado una profunda conmoción.
La muerte de este agente se enmarca en un fin de semana negro en las vías españolas. Varios accidentes han dejado trece muertos, cinco de ellos en un mismo siniestro la pasada noche en Rotglà i Corberà (Valencia). La siniestralidad está aumentando con el fin de las restricciones del coronavirus.
Atropellado por un tráiler
El cabo Gustavo Escaño murió al ser atropellado por un tráiler, según informan los equipos de emergencias 112 Andalucía. A las 08:40 horas del sábado recibieron un aviso por un arrollamiento en el kilómetro 225 de la AP-7, en sentido Benalmádena. Según advertían en la llamada, había un hombre tumbado en la calzada.
Asistencias sanitarias y Guardia Civil de Tráfico se desplazaron hasta el lugar del suceso, pero solo pudieron confirmar el fallecimiento de la víctima. Se trataba del cabo Gustavo Escaño Báez, de 43 años y natural del barrio malagueño de El Palo. El agente residía en Benalmádena y era padre de un chico de 20 años.
Además, Gustavo había vivido durante algunos años en Fuente de la Piedra, localidad donde dejó una profunda huella. Sus vecinos se acuerdan hoy de él con gran tristeza, igual que en su barriada natal y en la localidad donde vivió los últimos años. Todos coinciden en que era una persona que se hacía querer.
Dolor por su muerte
Profesionalmente, Gustavo pertenecía a la Benemérita desde que ingresó en la academia de Valdemoro. Pasó gran parte de su carrera en el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de Sevilla. Se trata de un grupo de élite del Instituto Armado en el que Gustavo prestó servicio, primero en Sevilla y después en Málaga.
En los últimos años sirvió en la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, la USESIC, en la Comandancia de Málaga. Concretamente, en la base de este grupo que se encuentra localizada en Torremolinos. La noticia de su fallecimiento se ha extendido rápidamente entre sus compañeros, causando un gran pesar.
Las redes sociales se han llenado de mensajes en recuerdo del agente fallecido y de apoyo a su familia. “Estáis ahí siempre para ayudar y en situaciones de máximo riesgo”, recordaba un usuario en memoria de Gustavo. “Los que lo conocían todos dicen lo mismo de él, una gran persona, muy alegre y muy bueno”, dice otro.
Un golpe duro de encajar
La Asociación Jurídica de Guardias Civiles (DJGC) ha transmitido el sentir de todo el cuerpo: “seguimos consternados, es un golpe difícil de encajar, siempre buscamos proteger y salvar vidas y en un segundo se nos puede escapar la nuestra”. Han ensalzado la labor del guardia civil fallecido de forma tan trágica.
Desde otro grupo no oficial de guardias civiles han expresado que es “un día triste para todos”. “Todos los que te conocieron saben de tu enorme amor, amor por tu familia, amor por los compañeros de trabajo a los que siempre trataste de animar y ayudar en los momentos de dificultad”, añade.
El accidente en el que murió Gustavo obligó a cortar el carril derecho de la vía durante varias horas. La DGT advierte de que con el fin de las restricciones del coronavirus y el aumento de la movilidad, incrementan también los accidentes de tráfico. Este fin de semana ha sido especialmente conflictivo.