Guille en una imagen de archivo

Guille, el niño español de 12 con 'insoportable dolor' que ha perdido las ganas de vivir

El pequeño fue operado de sarcoma de Ewing y tuvieron que amputarle una pierna

Guille es un niño malagueño de 12 años que está viviendo un auténtico infierno. Cuando tenía cinco años, Guille fue operado de un sarcoma de Ewing, un tumor óseo maligno que afecta sobre todo a niños y personas jóvenes. 

Como consecuencia de esa operación, a Guille tuvieron que amputarle su pierna derecha, pero aprendió a llevar una vida normal gracias a una prótesis durante tres años. A partir del 2017, ha tenido que ser operado hasta en tres ocasiones más debido a varios episodios de dolor neuropático en el muñón de su pierna. 

Estos episodios de dolor son cada vez peores, y en las últimas semanas se ha vuelto tan insoportable para él que ni siquiera puede ir al colegio. De hecho, no puede ni ducharse solo ni levantarse de la cama sin la ayuda de sus padres.

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Cualquier mínimo movimiento le provoca dolor, mareos y espasmos, lo que ha convertido su vida en un infierno, según su madre, Taty. Ella explica para 'Nius Diario' que Guille «se harta de llorar en la cama», que es «un niño muy fuerte y alegre, pero ya no recuerdo cuándo fue la última vez que lo escuché reír». 

«Esta madrugada se despertó a las cuatro y hasta las nueve de la mañana no ha conseguido quedarse dormido», explica su madre, en un intento por dar a conocer su problema y recibir ayuda. 

Desde enero de este año, el dolor se ha hecho cada vez más fuerte, y ahora Guille lleva dos semanas casi «paralizado» hasta el punto en que ha llegado a gritar que «prefería haberse muerto de cáncer» antes que vivir así. Una situación que le rompe el alma a su madre, que ya no sabe qué hacer para darle una vida mejor a su hijo.

Todavía no hay fecha para la operación

A pesar de todo, los médicos no quieren operarle de urgencia. Según Taty, creen que el dolor no es suficientemente alto como para tener que operar, e incluso han llegado a decir que Guille podría estar exagerando su dolor y le han preguntado si tiene problemas en casa o en el cole, dando a entender que el niño podría estar exagerando su situación para no tener que ir a clase. 

Pero su madre no deja de visitar el servicio de Urgencias de Hospital Materno infantil de Málaga junto a su hijo, y poco a poco va añadiendo más tratamientos a una lista cada vez más larga: Naproxeno, infiltraciones, cannabis y otros analgésicos que no están funcionando. 

Su única opción, explica su madre, es volver a pasar por el quirófano. Lleva 15 días en lista de espera, pero «nos han dicho que puede tardar varios meses», añade Taty, que cree que es demasiado tiempo para que su hijo siga sufriendo diariamente, constantemente, esos dolores. «Mi hijo no es un número, es un superviviente de cáncer que sufre dolores inhumanos. Nadie va al médico por gusto», explica. 

Taty pide únicamente saber cuándo podrán operarle para «poner fin a este sufrimiento diario», porque esto está afectando también a los posibles tratamientos. Sin saber la fecha exacta de su operación, los médicos no pueden aplicarle tratamientos a largo plazo para mitigar los dolores de Guille. «Hay técnicas más traumáticas y, dependiendo del tiempo que falte hasta la intervención, merece la pena o no hacerle pasar por ellas», explica su madre.

La situación que están viviendo, tanto el niño como su familia, es muy complicada para ellos, e incluso se han llegado a plantear pedir su ingreso hospitalario para que le tengan sedado y no sufra tanto esos dolores. «No es algo que queramos, pero verlo así es muy duro», asegura Taty, aún conociendo los riesgos que un coma inducido podría acarrear. 

El citado medio explica también que el Hospital Materno Infantil de Málaga asegura que Guille «está siendo seguido por un equipo multidisciplinar que evalúa su caso», y cuando los profesionales «determinen qué es más adecuado» siguiendo criterios clínicos, decidirán en consecuencia.

La familia de Guille, por su parte, siente que está siendo abandonada y que su hijo está sufriendo demasiado: «Es como si no importara».