La investigación sobre la desaparición de Esther López en Traspinedo (Valladolid) se halla en un punto muerto. El interrogatorio a los sospechosos, las muestras de ADN y las batidas en un territorio acotado no han dado resultado. Familiares e investigadores no arrojan la toalla, pero son conscientes que cada vez es más difícil.
En esta situación, la reconstrucción de los últimos pasos de Esther resulta fundamental para confirmar o descartar líneas de investigación. La pieza clave para marcar una línea temporal es el teléfono móvil de la desaparecida. La Guardia Civil ha conseguido clonar la tarjeta del móvil de Esther, y hay algo relevante.
Según avanza OK Diario a partir de fuentes policiales, Esther López se conectó a una aplicación a las 05:40 de la noche y la señal se esfumó diez minutos después. Hay que recordar que el teléfono móvil desapareció junto con Esther. De momento no ha trascendido qué tipo de conexión fue la última que realizó.
Pista fundamental
Este nuevo hallazgo permite establecer una nueva línea cronológica: Esther fue vista por última vez a las 02:30 de la madrugada, pero se le pierde el rastro a las 05:50. Esa es la hora a la que aparece por última vez la señal telefónica de su móvil. Después desaparece de manera definitiva hasta fecha de hoy.
Saben que Esther estuvo viva al menos desde las 02:30 hasta las 05:40, porque a esa hora se conectó a una de las aplicaciones del móvil. No ha trascendido si fue una aplicación de mensajería instantánea, redes sociales o navegación por internet. Sobre la investigación sigue el secreto de sumario, que impide saber mucho más.
Lo que sí ha trascendido es que después de esta última conexión, Esther recibió una llamada telefónica. Faltaban diez minutos para las 6 de la madrugada, momento en el que el terminal aparece ya apagado. Esther desapareció la madrugada del 12 al 13 de enero, y desde entonces el móvil no emite señal.
¿Qué pasó entre las 02:30 y las 05:40?
En el punto en el que se encuentran las pesquisas, disponer del clonado de la tarjeta es una gran baza para los investigadores. A través de ella tratan de establecer los momentos de actividad digital, como cuántas veces se contestó, para qué y desde dónde. También si apagó el terminal para luego volver a encenderlo.
¿Qué sucedió entre las 02:30 horas de la madrugada y las 05:40? Esto es lo que tratan de saber ahora los investigadores, conscientes de que ahí puede estar la clave del asunto. En todo caso, el registro de actividad telefónica a las 05:40 es para ellos una muestra evidente de que al menos a esa hora seguía con vida.
Fuentes cercanas a la investigación afirman que esa última actividad en el teléfono móvil fue realizada por Esther. “Creemos que Esther se encontraba en buen estado a las seis de la mañana del día de su desaparición”, aseguran. Ahora pueden saber dónde estaba y si cerca de ella había algún otro terminal sospechoso.
Los sospechosos, en el foco
El clonado de la tarjeta puede ayudar a saber si los teléfonos móviles de los sospechosos estaban cerca del de Esther. De ser así no sería una prueba concluyente, pero de lo contrario no se les podría relacionar con la desaparición. De momento, los agentes han podido desmontar parte de su versión.
Las dos últimas personas que la vieron con vida aseguran que Óscar, el amigo que la dejó en la carretera, condujo desde Traspinedo hasta La Maña. Pero las evidencias recabadas por la Guardia Civil apuntan a que “estuvieron en otro lugar antes de esa parada”. Y ahí es donde entra en juego Ramón ‘El Manitas’.
Uno de los sospechosos, Carlos, fue quien puso a la policía sobre la pista de Ramón. Pero ni el interrogatorio ni las muestras de ADN en su casa y en su coche han ofrecido indicios relevantes. Con todo, el primer sospechoso de la desaparición está en libertad y ha dejado de ser el centro de la investigación.
Esperando un paso en falso
Carlos es hijo de la familia que regenta el famoso restaurante de La Maña, aunque ahora vive solo y alejado de sus familiares. Este hombre declaró a la policía no haber vuelto a hablar con Ramón ni con Óscar tras la desaparición de Esther. Pero han descubierto que esto no es verdad.
Se trata de una mentira más en el cúmulo de engaños y contradicciones de estos tres sospechosos. Son precisamente estas contradicciones las que están impidiendo que la investigación avance. Los agentes creen que si se localiza el terminal de uno de ellos cerca de la última conexión de Esther, la cosa podría cambiar.
Aunque no sea una prueba concluyente, obligaría a esa persona a tener que dar muchas explicaciones. Entonces podría dar un paso en falso y cometer ese error que los agentes llevan días esperando. Mientras, el tiempo se les echa encima a unos agentes que están notando todo el peso de la presión mediática.