Daniel Boulton es el nombre de quien ha conseguido conmocionar a todo el mundo porque ha acabado con la vida de dos personas. Ha matado a su exnovia, Bethany Vincent, de 26 años y al hijo de esta, Darren Henson, que solo tenía 9 años.
La manera que tuvo de acabar con la vida de ellos fue mediante puñaladas. Y lo más sorprendente es el motivo que le llevó a asesinar al pequeño: lo hizo porque tenía autismo y creía que era contagioso.
Daniel Boulton y su atrocidad
El pasado 31 de mayo fue cuando este británico, de 30 años, se dirigió hasta la casa en la que vivía su expareja en la localidad de Louth. Lo hizo, como en otras ocasiones, a pesar de que tenía una orden de alejamiento por maltrato. Situación que había llevado a la joven a estar preparando una mudanza a otra vivienda.
Una vez allí no dudó en asestar hasta nueve puñaladas a la mujer, que murió tras recibir una muy profunda en el corazón.
Acto seguido, subió hasta la habitación donde estaba Darren y actuó de la misma forma. En este caso, le ocasionó hasta 14 heridas de arma blanca por todo el cuerpo.
Tras acabar con la vida de los dos, se fumó un cigarrillo con total tranquilidad en el jardín y después salió huyendo. Lo hizo dejando solo, al parecer, al hijo de 9 meses que tenía con ella.
En esta huida accedió a una cabaña para robar comida y agua y apuñaló en una pierna a un policía fuera de servicio. Además, intentó robar dos coches, pero 24 horas después fue finalmente detenido en una granja próxima a Hallington.
Dura condena para Daniel Boulton
Esta semana, el detenido se ha enfrentado al pertinente juicio en el Lincoln Crown Court. En él ha quedado de manifiesto la atrocidad que cometió e incluso se ha puesto sobre la mesa qué le llevó a asesinar al niño. Así, el juez al frente de la investigación, Pepperall, expuso: “Estoy seguro de que apuñaló a Darren por odio, lo motivó su autismo”.
“Y también lo motivó su miedo irracional de que tal condición afectaría de alguna manera a su propio hijo”.
En dicho juicio, además, quedaron de manifiesto los continuos malos tratos que había dado a Bethany. Como recoge BBC, se expuso: “Su abuso fue mucho más profundo que los cortes y moratones que infligió en delitos anteriores, incluye un vil abuso psicológico. La menospreciabas, la hacías sentir pequeña, criticabas todos los aspectos de su vida”.
“Esperabas que abandonara a su familia, insististe en que renunciara a su propio hijo. E incluso pronunciaste las amenazas más horribles sobre querer que ese muriera en su presencia. Tu violencia nace de tu deseo de controlar su vida y un profundo sentido de frustración cuando no te saliste con la tuya”.
Ante el juez, Boulton se declaró culpable de homicidio involuntario, pero negó los dos asesinatos. Se amparó, como había comunicado a un psiquiatra, en que perdió el control y “el piloto automático hizo el trabajo por mí”.
A pesar de sus intenciones, el acusado no ha logrado su propósito. Ha sido condenado por los dos asesinatos y se enfrenta ahora a una pena de cárcel, como mínimo, de 40 años. Y es que el juez concluyó: “Las únicas sentencias que puedo dictar por ley son las de cadena perpetua”.
El fallo reconforta a la familia de las víctimas porque se ha hecho justicia, pero tiene claro que la vida se le ha roto para siempre. Como ha manifestado el padre del menor, “ninguna sentencia en el mundo será suficiente para lo que ha hecho”.