El deseo de tener uno de los boletos premiados durante el Sorteo de Lotería de Navidad es una sensación que invade todos los hogares españoles. La posibilidad de que esto ocurra es tan remota que en la mayoría de los casos hay que conformarse con la alegría de los demás, que no es poco.
El valor diferencial para no dejarnos llevar por el infortunio es quien recibe la cuantía económica. Uno de estos casos ha sucedido en el barrio de San Adrián en Bilbao. En palabras de uno de sus habitantes «solo tenía 40 euros en la cuenta del banco esta mañana y ahora me ha tocado la lotería. Esto es un sueño. No me lo puedo creer» comentaba Aritz para 'El Comercio'.
El bilbaíno fue uno de los premiados con el 55.483, que corresponde al quinto premio de este sorteo, y ante la noticia no podía ocultar su felicidad a las puertas del bar de su barrio. Tanto en la entrada como en el interior del establecimiento, los propietarios celebraban la dicha fortuna que habían sembrado en su barrio obrero.
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Un bar de 4 millones de euros
Los propietarios del local han vendido entre sus clientes casi 4 millones de euros del quinto premio. La noticia llega como agua de mayo a una zona de Bilbao donde el paro se ha cebado con sus habitantes.
Aquellos que tuvieron la fortuna de contar con una participación tuvieron un motivo de alegría contra una de las grandes catástrofes que ha ocasionado la pandemia en los hogares españoles, los ERTEs. La mayoría de las familias han visto como en los últimos meses las empresas echaban el cierre y la situación comenzaba a ser crítica.
En medio de la celebración Aritz explicaba que llevaba tres meses en ERTE «sin recibir un solo euro» con las dificultades que solo la gente que padece esta situación conoce. El bilbaíno trabaja en una empresa de recambios desde hace más de 25 años, pero la situación crítica generada por el Covid le había hecho preocuparse por su familia.
La Navidad vuelve a San Adrián
Las noticias más desagradables no solamente se ofuscaban con el profesional del automóvil, sino que su mujer también había vivido la difícil situación del desempleo, aunque en la actualidad ha vuelto a la actividad laboral. Aritz se enfrenta junto a 400 trabajadores de diferentes delegaciones de toda España a uno de los grandes miedos que ha llamado a la puerta de muchos empleados durante esta pandemia, el paro.
La noticia le permite recuperar la Navidad en su hogar. "Pensaba que este año no iba a tener reyes" dice el premiado refiriéndose a su hija, a quien le ha prometido comprarle un regalo por estas fechas.
Parte de este espíritu navideño también se ha cebado con los propietarios del local que ha traído la felicidad al barrio. Así lo relataba uno de los habituales del establecimiento que se alegraba de haber jugado con el número del bar de toda la vida. Además, agradecía directamente a los propietarios porque la situación —a causa de las restricciones en el sector servicios— había sido crítica para ellos, llegando a plantearse echar el cierre definitivo.
Otra de las noticias más curiosas que ha dejado la jornada del gordo está relacionada con el quinto premio de una gijonesa, en concreto al número 86.986. La mujer había comprado 8 décimos el día que su marido había fallecido, y el motivo de la elección de ese número fue la edad del difunto. En este caso fueron los familiares quienes avisaron a Ludivina de que el número de la viuda había resultado premiado.