El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión parlamentaria reciente

El severo varapalo económico de Europa a España. Sánchez ya tiembla

España negociará las condiciones de las ayudas en los conejos europeos del 9 de julio y los días 17 y 18

Pedro Sánchez es consciente de que se enfrenta a unas semanas cruciales para su futuro. La negociación del rescate de la Unión Europea para paliar los efectos del Coronavirus puede salvar a España de la ruina, pero los fondos europeos de recuperación no son gratis y el Gobierno ya conoce las exigencias que Bruselas prepara para España.

Los mensajes que llegan de Bruselas no son nada alentadores para los intereses que defiende Pedro Sánchez ante sus socios. Las transferencias que pide el presidente del Gobierno pierden fuerza ante la presión de Alemania y los países del norte, que exigen un control exhaustivo de las medidas concretas a las que se destinarán las ayudas.

El reparto del fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros se abordará en consejos europeos el 9 de julio y los días 17 y 18. Los países del norte pedirán que la mayor parte del dinero se entregue para financiar proyectos bien definidos y que vayan acompañados de programas de reducción del gasto. 

Esto significa la llegada de los recortes, y está por ver si también una subida de los impuestos. La principal preocupación del Gobierno ahora es la disponibilidad del dinero, que pedirá que sea inmediata. España se enfrenta a la peor de sus crisis en décadas, y le conviene recibir el dinero cuando antes, pero la cuestión está si será en octubre o más adelante, ya en 2021.

Estos días Pedro Sánchez está intentando cerrar un acuerdo con Angela Merkel en Alemania para abordar las negociaciones. Las peores previsiones anuncian una caída del 15% del PIB español para 2020. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una caída del 12,8% en España, el peor escenario de todos los países analizados.

En ese sentido, la Comisión Europea presentó un Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros, de los cuales 560.000 millones de destinarán a ayudar a los países a financiar reformas estructurales e inversiones que Bruselas lleva tiempo pidiendo a algunos gobiernos. Es decir, volver a los peores recortes de la anterior crisis financiera.

Pendientes de los presupestos

Pedro Sánchez ya tiembla. Si se confirman las exigencias de duros recortes por parte de la Unión Europea, el gobierno de coalición progresista se verá obligado a aplicar medidas impopulares que afectarán al bolsillo de los españoles. Se puede dar la situación que Unidas Podemos, que lideró las protestas contra los recortes durante el Gobierno de Mariano Rajoy, ahora se vea obligada a aplicar los mismos o incluso más duros.

En el Gobierno ven lógico vincular el primer paquete de ayudas a reformas más llevaderas, como la digitalización o transformación energética hacia las renovables. Se prevé que los países del norte salgan antes de la crisis, y a partir de ese momento la condicionalidad de acceso a los fondos se centrará en otros recortes más duros: en las pensiones y el empleo.

Una de las estrategias de Sánchez pasa por trocear la ayuda y repartirla entre las comunidades autónomas. Sería algo así como un fondo autonómico, algo que vienen pidiendo hace tiempo los partidos nacionalistas e independentistas, y a lo que se opinen los ministros económicos.

El sector liderado por la viceministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, prefiere centralizar la inversión y vigilar el cumplimiento de las reformas exigidas por Bruselas. Una de las claves para conocer los planes de Sánchez será el proyecto de los Presupuestos, pero no lo dará a conocer hasta que se conozcan las exigencias de Europa y el coste de las reformas.