La segunda oleada del Coronavirus que muchos expertos aseguran que llegará después del verano no es la única epidemia que amenaza con volver en España. Junto a la crisis sanitaria, la económica también tiene sus rebrotes y el Gobierno se prepara para una nueva oleada de ERTE y despidos antes de que finalice este año.
Por ahora, la ampliación de los ERTE por las consecuencias económicas del confinamiento más allá del 30 de junio no está aún cerrada, pero el Gobierno tiene decidido mantener el refuerzo de plantilla en el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) durante todo este año.
La falta de acuerdo entre Gobierno, sindicatos y patronal aleja la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre las condiciones en las que se prolongarán los expedientes de regulación temporal de empleo, así como los sectores y negocios que podrán seguir acogidos a esta herramienta puesta en marcha junto al primer estado de alarma, en marzo.
La propuesta de la patronal estos últimos días es ampliar el plazo de los ERTE hasta finales de año, y el debate se centra en si estos mecanismos de protección del empleo llegan hasta final de año o se busca un paso intermedio con una ampliación hasta el 30 de septiembre para volver a revisar entonces las necesidades.
Esta última opción parece la más factible, aunque no gusta a los empresarios porque creen que es un plazo muy corto que genera incertidumbre. Los sindicatos están más cerca de la opción que ofrece el ministerio de Trabajo, y que pasa por la ampliación hasta el 30 de septiembre.
Por otro lado, tampoco está claro qué sectores se acogerán a esta medida más allá del turismo y la hostelería, dos actividades sobre las que hay consenso para ampliar los expedientes. Por ahora, la mesa de diálogo parece bloqueada y la solución se aleja cada vez más.
Refuerzo en el SEPE
Sin embargo, el Gobierno mantiene el refuerzo de la plantilla del SEPE, que incorporó a finales de marzo alrededor de 1.000 trabajadores interinos hasta finales de año. Con ello, Trabajo quiere evitar un nuevo colapso en el reconocimiento de prestaciones por desempleo de decenas de miles de trabajadores que pierdan su empleo de forma definitiva.
De hecho, desde el inicio de la crisis los trabajadores del SEPE han estado trabajando desde sus casas siete días a la semana con doble turno para resolver la avalancha de demandas de prestaciones. Los empleados se quejan de que la carga de trabajo ha aumentado más de un 500% con una «plantilla deficitaria» que sólo ha aumentado un 10%.
El refuerzo de la plantilla del SEPE estaba previsto hasta finales de septiembre, pero en previsión de una segunda oleada de ERTE y despidos, se mantendrá tres meses más hasta diciembre. Desde la UGT ya han dicho que no habrá acuerdo si no aparece la exoneración de cuotas a la Seguridad Social para las empresas para evitar que los ERTE pasen a expedientes de regulación de empleo.
Aunque la crisis del Coronavirus destruyó en marzo y abril casi 900.000 empleos y 3,3 millones de personas fueron incluidas en un ERTE, según el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, la desescalada a partir del mes de mayo ha logrado que 900.000 personas hayan vuelvo a trabajar, 700.000 de las cuales procedentes de un ERTE.