Ha sido una especie de sí pero no. El ministro Illa ha comparecido este sábado, 16 de enero, para asegurar que a día de hoy el Gobierno no se plantea el confinamiento domiciliario en España, pero a su vez ha admitido que si valora hacer cambios en el toque de queda. Pues, según él, Gobierno podría estar por la labor de modificar los horarios para salir a la calle: «Si hay que revisar esta franja horaria, vamos a hacerlo hablando con todo el mundo».
Ahora mismo el Gobierno permite que el toque de queda se establezca entre las 22.00 horas y las 07.00, pero el mismo Illa ha aseverado que ante las múltiples peticiones de las comunidades autónomas (Castilla y León, por ejemplo, tanteó la posibilidad de establecer un toque de queda a las 20.00 horas) tendrá que estudiarlo detenidamente.
«El Gobierno de España siempre va a estar a favor de cualquier medida que sea eficaz para doblegar la tercera ola. Ahora bien, todas las medidas se tienen que adoptar con la adecuada cobertura legal. Lo cierto es que el Gobierno nunca se ha negado a escuchar y a valorar esta posibilidad», ha explicado mientras añadía: «Vamos a ejercer este liderazgo compartido, estoy en diálogo con las comunidades autónomas, las vamos a seguir escuchando».
El aviso de Portugal: un toque de queda a las 13.00 horas
Portugal se adelantó a toda Europa la semana pasada cuando, ante la crecida incesante de los casos de coronavirus en su territorio, decidió establecer un toque de queda a partir de las 13.00 horas en fin de semana. La razón, muy sencilla: casi el 70% de los nuevos contagios en Navidades se habían producido en reuniones o comidas familiares. Y para cerrar toda actividad social, el gobierno luso optó por decretar un toque de queda que provoca que toda la restauración sólo pueda abrir para servir desayunos.
Lo que más llamó la atención de todo fue que Portugal explicó que no multaría si veía personas por la calle saltándose el toque de queda. Si no que en lugar de interponer una denuncia contra dicha persona, los agentes de Protección Civil le acompañarían a su domicilio.
La medida entró en vigor el pasado fin de semana y se alarga hasta el presente. Ahora el gobierno luso deberá comprobar si la drástica medida está teniendo su efecto y, en caso de ser así, valorar si la quiere prolongar para seguir batallando contra el auge de casos de coronavirus.