El Consejo de Ministros ha aprobado la petición de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha para declarar como zona catastrófica los territorios más afectados por la histórica nevada que trajo hace 10 días la borrasca Filomena, y que dejó más de medio metro de nieve en amplias zonas del centro y este del país.
El término oficial aprobado hoy por el Gobierno es el de Zona Afectada Gravemente por una Emergencia de Protección Civil, antes conocido como zona catastrófica, y que supondrá que los territorios puedan pedir ayudas al Ejecutivo para mitigar los daños y desperfectos provocados por el temporal, en este caso, como ayudas a particulares por daños personales, ayudas a las empresas, subvenciones para infraestructuras nuevas o reparación de las dañadas, ayudas para el sector agrario, ganadero, forestal y marino; o medidas fiscales que faciliten la recuperación económica de las zonas afectadas.
La noticia llega después de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid haya rebajado el nivel de alerta vigente en la región, lo que supone la retirada efectiva de los efectivos de la UME (Unidad Militar de Emergencias) que se habían desplazado a la comunidad para asistir en la recuperación de la normalidad en todo el territorio, que en un primer momento fue rescatar a los conductores atrapados por la nevada y que en los últimos días se había centrado en la limpieza de las calles, ya que muchas de la capital todavía están llenas de nieve.
La decisión ha vuelto a enfrentar a ambos gobiernos, el central y el regional, que se culpan mutuamente de la retirada. El Gobierno de Pedro Sánchez defiende que ha sido la Comunidad de Madrid quien ha bajado el nivel de alerta, y por lo tanto, el despliegue de la UME en la zona ya no está justificado. Desde Madrid, su consejero de Justicia, Interior y Víctimas, Enrique López, ha argumentado que la decisión se consensuó entre ambos ejecutivos después de la propuesta de Protección Civil.
López explicó en la cadena SER que tanto los ayuntamientos de los municipios como el de la propia capital aseguraron que se valían con sus propios medios para limpiar las calles, lo que queda en la zona para recuperar la normalidad.
Alerta ahora por inundaciones
Más de una semana después del paso de la histórica borrasca Filomena, los efectos son aún muy evidentes y la ola de frío posterior ha mantenido intacta la gran cantidad de nieve caída en todo el centro peninsular. Pero ahora todas las miradas están puestas en la llegada de un frente atlántico activo este próximo miércoles que traerá lluvias en muchas zonas del país, así como una subida clara de las temperaturas nocturnas que hará desaparecer las heladas.
De este modo, la lluvia y el ascenso de los termómetros acelerarán el deshielo repentino de toda la gran cantidad de nieve y hielo que queda, especialmente en la Comunidad de Madrid, donde se teme que la mezcla de precipitaciones y nieve fundida pueda provocar graves inundaciones, el desbordamiento de ríos y el colapso del alcantarillado. Mucha precaución en este sentido y también cuidado con la caída de bloques de nieve helada de tejados a causa del deshielo.
Vienen días aún complicados y en los que se tendrán que acelerar las tareas de recuperación por todo el territorio, debido a que aún hay muchos problemas por resolver a causa de los graves efectos que dejó Filomena. La nueva situación meteorológica, marcada por frentes atlánticos con aires claramente menos fríos, marcará todo lo que queda de semana, razón por la cual la nieve podría estar totalmente derretida de cara al fin de semana por debajo de los 1.500 metros.