Es uno de los nuevos integrantes en la estadística, todo el mundo ha escuchado el término 'big data', pero sus tejemanejes escapan normalmente a la opinión pública, sobre todo porque no están disponibles para su libre utilización. En esta era que la información significa poder, la Seguridad Social utilizará sus bases de datos para controlar los procesos de baja laboral de los trabajadores, e impedir que en algunos casos se prolonguen más de lo que sea necesario.
La base de este proceso será una herramienta informática predictiva que el Instituto Nacional de la Seguridad Social ha configurado para traducir toda esta información en datos útiles. Este 'big data' acumulado está disponible en base a millones de procesos de bajas laborales que, aunque presentan diferencias, sí mantienen un patrón de comportamiento dependiendo de la patología o incapacidad inherente al caso.
El departamento que dirige el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, considera que esta aplicación a la estadística puede permitir determinar de forma más funcional y optimizada los procesos de baja por enfermedad.
Los elementos a tener en cuenta
Esta aplicación utiliza una serie de baremos como el sexo, la edad, el código CNAE de cada sector productivo en uso, la duración media del proceso, la patología o la comunidad autónoma en la que reside. En base a estos datos se pueden determinar elementos comunes, así como qué procesos son susceptibles de someterse a revisión.
Esta problemática lleva siendo un quebradero de cabeza en la delegación del gobierno por los problemas de gestión que supone la cobertura de una incapacidad temporal. El coste de esta problemática asciende cada año hasta llegar a los 11.000 millones de euros en 2020, aunque ha sido un año atípico por la pandemia presente.
Amat —que ejerce como patronal de las mutuas por accidentes— ha estimado que el coste de este año será de 600 millones de euros por no disponer de un control eficaz sobre las bajas de larga duración. Esta reforma de la Administración de la Seguridad Social ha servido para elaborar informes sobre la duración media de las enfermedades más habituales.
Por las dificultades que supone tal volumen de información, el equipo confeccionado por José Luis Escrivá tiene como objetivo utilizar los resultados para, a través de la lectura de la herramienta, realizar programas de revisiones a los pacientes de una forma más eficiente. Es por ello que un paciente que sufra una determinada condición, a través del sistema de predicción, las fechas acordadas para su seguimiento se podrán adaptarse a sus necesidades. Así, las revisiones médicas tienen una mayor exactitud y permiten liberar carga burocrática a las autonomías.
Una labor comunitaria
Todas las demarcaciones territoriales colaborarán en el proceso, ya que «la idea es que puedan utilizar los resultados que arroja el programa predictivo para determinar qué procesos van a revisar los inspectores médicos de los servicios públicos de salud» ha fundamentado en un comunicado la Seguridad Social.
La nueva aplicación de esta delegación se basa en un proceso que lleva tratando de realizar la Agencia Tributaria durante años para identificar a los que perjudican el sistema. Los ha denominado como 'contribuyentes de riesgo' y son el objetivo de las inspecciones de trabajo, y el punto flaco al que pretende dar respuesta el ministerio.
Como resultado se pretende optimizar los mecanismos rutinarios para destapar el fraude que existe en los procesos de baja. Desde la Seguridad Social se apunta en un primer momento a todas aquellas patologías que tienden a una similitud, pero también servirá para «descartar aquellos procesos en los que la herramienta predice que aún no es necesario su control».