Los padres de la pequeña de apenas 3 años todavía no se explican que pudo pasar. Y es que parece imposible que una niña de esa edad fuera capaz de salir sola de casa, abriendo previamente la puerta, y decidiera salir a dar un paseo por las calles de Oviedo a las siete de la mañana. Por suerte, lo que los progenitores de la niña definieron como «un susto de muerte», según recoge 'El Periódico', acabó de la mejor manera posible.
Fue un policía local que volvía de trabajar la que la encontró mientras la niña paseaba por la calle Francisco Cambó, en el barrio de Vallobín de la ciudad asturiana. Allí se la encontró cuando iba descalza y con el disfraz de carnaval que llevaba desde el día anterior, pues la niña se había marchado mientras el resto de los miembros de su familia todavía dormían. El agente trató de identificar a la niña, pero como le fue imposible pues apenas sabe hablar, la llevó al centro materno infantil donde finalmente los padres pudieron reencontrarse con su hija tras unos minutos de gran intranquilidad.
Los padres se encontraron la sorpresa de no ver a su hija pequeña en la cama
La verdad es que la historia parece haber sido escrita para un guion televisivo, pero como suele pasar, la realidad en muchas ocasiones supera a la ficción. Unas horas antes de su breve desaparición, la niña de 3 años había salido junto a sus padres y hermanos a tomar algo. Y como es lógico a su edad y en las fechas en las que nos encontramos, la pequeña llevaba puesto un disfraz de carnaval.
Cuando volvieron a casa, y como es normal en una niña tan pequeña, la protagonista de esta historia se quedó dormida. Es por eso que sus progenitores decidieron acostarla sin desvestirla. Pero claro, seguramente lo que no esperaban era que se despertará mucho antes que ellos y que tomará la decisión de salir a la calle. Y como decíamos fue capaz de abrir la manilla de la puerta de su casa, bajar todas las escaleras del bloque de pisos y salir a la calle.
Aunque parece que la niña se podría haber arrepentido inicialmente, pues algún vecino admite haber oído los timbres de madrugada, finalmente decidió seguir con su aventura. Por suerte, esta no duró mucho pues apenas se pudo alejar unos metros de su portal de la calle Víctor Hevia donde vive la familia.
No es un caso inusual según la policía
Eran aproximadamente las nueve de la mañana cuando se levantaron los padres de la niña y detectaron la ausencia de la niña. Pese a la alarma inicial de no encontrarla en casa, rápidamente llamaron a la policía que la niña había sido encontrada en la calle y que había sido llevada al Centro Materno Infantil de Oviedo. Cómo explicábamos, el agente que se la encontró, intentó que le dijera cómo se llamaba, pero la niña apenas sabía articular unas pocas palabras.
Finalmente, todo acabó de la mejor manera posible. En cuanto supieron donde estaba su hija, no tardaron en ir a recogerla y poner fin a su particular pesadilla. Siguiendo el protocolo, los agentes también fueron al domicilio familiar para confirmar que todo se había debido a un despiste y comprobaron que la niña y sus hermanos viven en condiciones óptimas.
Y aunque este caso pueda parecer inverosímil, fuentes policiales advierten que este tipo de incidentes «son más habituales de lo que se piensa». Felicitándose por haber conseguido que todo acabará bien, insistían en el hecho que «puede parecer sorprendente, pero ya hemos visto más casos similares».