España permanece atenta a los 37 rebrotes confirmados por Sanidad desde el fin del estado de alarma. Los focos que más preocupan ahora mismo son los de la provincia de Huesca, donde en las últimas horas se ha sumado una cuarta comarca. Ante la rápida reproducción de los brotes, el Gobierno ha lanzado una dura advertencia.
En el caso de agravarse la situación, se plantea cerrar el país al turismo internacional y volver a restringir los movimientos mediante la declaración del estado de alarma. Es una posibilidad que siempre estuvo encima de la mesa, pero que ayer por primera vez admitió la vicepresidenta Carmen Calvo ante la preocupación extrema por la situación en España.
Horas después, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, lanzó un mensaje de calma sobre los casos que se registran estos días: «No hay nada que temer en estos momentos». Además, fue tajante al asegurar que el estado de alarma no se prevé a corto o medio plazo, y que se intentan controlar los focos con los instrumentos al alcance.
Esto está siendo motivo de preocupación en las últimas horas, porque ante la aparición de brotes simultáneos en varias localidades de la provincia de Huesca, el Gobierno no puede limitar la movilidad al no disponer más del mecanismo del estado de alarma. Ante el temor a una transmisión comunitaria, Sanidad ha pedido que no se viaje desde ni hacia esa zona.
Por lo que respecta al turismo, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, reconoció que una de las opciones que está encima de la mesa es dar marcha atrás. Los brotes son inevitables hasta que haya una vacuna o un tratamiento, dijo, pero también advirtió que pueden volver las restricciones y retrasarse la reapertura.
La ministra se reunió con su homólogo holandés, Heiko Maas, que reconoció haber acordado con España el umbral a partir del cual hay que intervenir. Según el titular de Exteriores holandés, uno de esos índices son más de 50 infecciones nuevas a la semana por cada 100.000 habitantes. Esto significa 23.750 nuevos casos, más de 3.000 diarios.
Por lo tanto, es un umbral bastante alto, pero la decisión aún no está tomada. «Lo haremos de manera mesurada, para que nos permita ser eficientes en tratar esos brotes que puedan surgir de manera localizada, quirúrgica, buscando controlarlos», dijo González Laya.
Confianza en las comunidades
El Gobierno ya no esconde su preferencia por el estado de alarma, que ayer volvió a poner como ejemplo del mejor instrumento para limitar los movimientos. Sin embargo, también ayer acordó con Ciudadanos y ERC hacer reformas legales para evitarlo, mientras el líder del PP, Pablo Casado, tendió la mano para cambiar alguna ley si el Gobierno lo cree oportuno.
Para el Gobierno, el alcance de las reformas legales es limitado y ha advertido que si la situación se agrava, el instrumento adecuado para limitar el movimiento es el estado de alarma. Este se puede volver a declarar en una parte del territorio, o en todo el país, según Carmen Calvo, en función de las necesidades de cada momento.
Montero cerró la puerta a esa posibilidad por ahora, aunque también matizó: «si la situación sanitaria del país cambia de forma importante, grave, el Gobierno activaría todos los mecanismos a su alcance para evitar la propagación del virus». Por ahora, cree que son las comunidades las que deben atajar los brotes que van apareciendo.