El ministro de Sanidad, Salvador Illa, acaba de anunciar que el Gobierno está abierto a reducir los 14 días previstos para cada fase si la evolución «epidemiológica» así lo permite.
Aceleración de la desescalada
Esta noticia llega en un día en el que se prevé que los datos de contagios y defunciones vuelvan a ser muy esperanzadores dentro de la gravedad del asunto. En estos momentos, el plan previsto es que cada territorio se mantenga en cada etapa dos semanas.
Si no se aceleraran, Barcelona y Madrid, las dos grandes ciudades más rezagadas, y la mitad de Castilla y León, alcanzarían la llamada «nueva normalidad», como pronto, el 6 de julio. De esta manera, tal y como dijo Pedro Sánchez, el turismo se reabrirá, siempre manteniendo las medidas de seguridad.
El Ejecutivo ha flexibilizado el plan inicial de la desescalada que presentó el 28 de abril con franjas intermedias, como la del 0,5 que aplicó a esos tres territorios, y también ha dado más margen a los paseos en grupo o en familia, con los dos progenitores, a partir de este mismo lunes.
Como dijo en su momento el presidente del Gobierno, todo irá en función de como se desarrollen los datos, que de momento parece que vayan aminorando cada día, algo que está dando un respiro a todos, en especial a los hospitales, principal motivo por el que se pueda acelerar la desescalada.
A partir de mañana, lunes 25 de mayo, ningún territorio del país estará en fase 0, incluso algunos que entran en la fase 2 o ya estaban en ella, ya miran de pleno en entrar en la fase 3, la última de esta bautizada desescalada.
Tendencia a la baja
De momento, el último balance de datos es positivo, ya que en la actualización de ayer, los contagiados descendieron por debajo de 400, así como los fallecidos que fueron menos de 50. A la espera de los nuevos datos, el Gobierno espera que siga esta tendencia a la baja.