Antonio Anglés, considerado el autor material del triple crimen de Alcàsser, sigue siendo hoy uno de los grandes misterios de la crónica negra española. Este peligroso delincuente lleva desaparecido casi treinta años.
Hasta ahora se le daba por muerto, pero una nueva prueba de ADN arroja una novedad inquietante.
La policía irlandesa ha descartado que el cráneo hallado en la costa del país en 2006 sea el de Antonio Anglés. Así lo corroboran los análisis de ADN realizados por los laboratorios del Forensic Science Ireland (FSI). Esto abre la posibilidad de que el sospechoso del crimen de Miriam, Toñi y Desirée siga con vida.
La policía irlandesa ya señaló hace algunos meses, en base a un análisis antropológico, que era poco probable que el cráneo hallado fuera de Anglés. Pero las pruebas de ADN han acabado por despejar la incógnita. Esto implica que la búsqueda de Antonio Anglés sigue en marcha y el caso no puede cerrarse.
No es Antonio Anglés
Hay que recordar que tras los crímenes Antonio Anglés huyó de España en un barco hacia Irlanda a través de Portugal. Desde entonces ha sido imposible dar con su paradero, a pesar de ser uno de los delincuentes más buscados por la Interpol. El cráneo hallado en 2006 en aguas irlandesas abrió la posibilidad de encontrarle por fin.
De hecho, la policía ha analizado dos cráneos. Uno fue encontrado en 1995 y trasladado a España para su examen genético, pero no coincidía con el de Anglés. En 2006 apareció un segundo cráneo, e incomprensiblemente no se ha realizado la prueba de ADN hasta quince años después, con resultado negativo.
En este caso, un antropólogo forense dató la muerte de la persona a la que pertenecía el cráneo entre 6 y 12 meses antes del hallazgo. Por lo tanto, era poco probable que fuera el de Antonio Anglés ya que creen que murió mucho antes. Finalmente, el laboratorio realizó las pruebas y confirmó que no pertenece al asesino de Alcàsser.
¿Y ahora qué?
Esto significa que siguen abiertas las dos hipótesis sobre su paradero. Una establece que Antonio Anglés murió en la bahía de Dublín durante su odisea, y sus restos quedaron probablemente en el mar. La otra, más inquietante, abre la posibilidad a que siga vivo ocultándose tras una identidad falsa.
Los investigadores creen que lo más probable es que Antonio Anglés esté muerto, pero no pueden confirmarlo hasta hallar una prueba inequívoca. Mientras esto no ocurra, el caso más célebre de los crímenes españoles seguirá abierto. La búsqueda de Anglés sigue activa, y el caso está en manos de un juzgado en Alzira.
La principal hipótesis del crimen de Alcàsser es que Antonio Anglés fue el inductor y autor material de la muerte de Míriam, Toñi y Desirée. Con él estaba Miguel Ricart, y aunque pasó por la cárcel lo más probable es que tuviera un papel secundario. El caso, treinta años después, sigue lleno de lagunas y de misterios.
Una posibilidad real
El escritor Santiago Díaz ha imaginado en la novela “Las otras niñas” la posibilidad de que Antonio Anglés siga vivo. En su ficción, el asesino de Alcàsser vuelve a España y se afinca en Madrid con la identidad de un empresario americano. Allí vive una vida normal con su mujer y sus hijos, hasta que encuentran su huella en una gasolinera.
Se trata evidentemente de una posibilidad remota, pero real en definitiva hasta que no se demuestra que Anglés está muerte. Durante todos estos años, la sombra de la sospecha ha alimentado el imaginario colectivo español con el temor a que siga vivo y pueda volver. Ahora es una posibilidad real.
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Se trata de una incógnita más en un caso plagado de rarezas y teorías de la conspiración. Durante muchos años se ha alimentado la teoría de que las niñas fueron víctimas de una mafia que grababa películas snuff (crímenes reales). El misterio sigue, como si el caso estuviera condenado eternamente a ello.